La noticia es que Grecia ha vuelto con una exitosa emisión de deuda pública en los mercados internacionales. Es buena noticia, claro, sobre todo para los griegos. Imagine usted una familia que no puede pagar sus deudas. Los bancos le cierran las puertas. No le fían en el supermercado ni la farmacia. Los parientes evitan llamarles, no sea que les pidan dinero. Bueno, pero al fin consiguen volver a la normalidad, y el banco está dispuesto a prestarles…
La colocación griega no se consideraba como una verdadera necesidad, sino solo como una prueba, para ver cómo reaccionan los mercados. Pero el hecho de que se decidiesen a hacer la prueba ya es una buena noticia.
España nunca tuvo cerradas las puertas del crédito, porque no necesitó una serie de salvamentos como los de Grecia. Pero también sabemos qué significa que tus amigos crucen a la otra acera, cuando te ven venir por la calle.
La medidaha tenido éxito, entre otras razones, porque los mercados están deseosos de deuda rentable, porque Grecia ha hecho una parte (solo una parte) de los deberes y, sobre todo, porque la Unión Europea y el Banco Central Europeo están apoyando su economía. O sea que el riesgo es moderado y la rentabilidad será alta. Los griegos dicen que una cosa es ir a los mercados y otra muy distinta es haber salido de la crisis. Vale, pero cada cosa a su tiempo.