Ya he explicado otras veces por qué, en mi opinión, no prestan los bancos. Expansión del 24 de junio incluía una noticia titulada «Un tercio de los bancos españoles cree necesitar más capital». Bueno, pues ya está: si usted necesita más capital, esto quiere decir que usted no puede aumentar su cifra de negocio, porque entonces todavía aún necesitaría más capital. La noticia recoge una encuesta de Ernst&Young entre directivos del sector en Europa.
En España, solo un 40% de los encuestados dice que están tranquilos con el capital que tienen. Por delante están las pruebas de estrés que prepara el Banco Central Europeo (BCE): si un banco no aprueba con nota suficiente, tendrá que correr a ampliar su capital. Entre tanto, lo mejor que puede hacer es frenar el crédito (¡oh, cielos!), aumentar sus beneficios y esperar.
España es de los países que más temen ese test de estrés, según dice la noticia, pero otros países también van a tener problemas parecidos: según un informe de Berenberg Bank, el «agujero» de capital de la banca europea es de 322.000 millones de euros. ¿Por qué el BCE lanzó su «nueva» política monetaria hace unos días (ver mi comentario aquí)? Pues eso, porque un gran número de bancos europeos no pueden prestar. No pueden quiere decir eso: no pueden, si no quieren correr el riesgo de tener que correr a sus gobiernos para que los salven, antes de solicitar concurso de acreedores.
Al releer lo que acabo de escribir me ha venido la duda de si esto no es incurrir en el pesimismo que siempre he censurado de muchas noticias de prensa. No: una cosa es ser optimista y otra es cerrar lo ojos a la realidad. «La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero». No podemos engañarnos con verdades a medias.
Son problemas más graves que lo numerario. pero esa parte, la numérica (en euros), se resuelve haciendo las debidas contrarrelaciones y no correlaciones como se acostumbra, hoy por hoy. La verdad es la verdad y hay que decirla. Si alguien no sabe contrarrelacionar y por eso cree que es un problema menor, está errado como cuando se no se entendía el perihelio mercuriano hasta que se descubrió la relatividad o la electrónica hasta que se descubrió el spin … usted sabe a qué me refiero.
Es vergonzoso que pase esto, pero es encomiable que haya quien lo diga. Felicitaciones, otra vez, profesor Argandoña. Hay que ser … como decirlo … valiente (por lo menos) … para desarrollar como usted lo hace, a la economía. Gracias de nuevo.