Dirigir empresas y dirigir orquestas… no es tan distinto

Me encantó, en su sencillez, la entrevista que Carmen Méndez hizo a la directora de orquesta Inma Shara, en Expansión el día 26 de julio (aquí). En su sencillez… y en su profundidad. Porque Inma Shara da unas cuantas lecciones sobre cómo dirigir equipos humanos, a propósito de su libro La batuta invisible. El liderazgo que genera armonía (Conecta, 2014). La verdad es que leí la entrevista con una predisposición positiva, porque me encantó su manera de dirigir una orquesta, cuando la vi por vez primera. He aquí algunas ideas que saco de la entrevista:

• «Hay que poner el talento individual al servicio del colectivo«.  Tomen nota nuestros brillantes CEOs.
• «Esta batuta invisible es la que permite influir más que mandar, sugerir antes que ordenar«. Porque, además, es la única manera de respetar la dignidad de las personas a las que se manda.
• «El liderazgo suave se basa en el compromiso, el ejemplo y la autocrítica«. Revise su estilo de mando, señor director.
• «El poder que dirige pero no se ve es el que genera la armonía«. Importante, en la orquesta, claro, pero también, y probablemente mucho más, en la empresa pura y dura.
• «Para tener una visión global de la empresa, hay que interactuar con el resto del equipo y con el mundo«. No se dirige desde la oficina del gran jefe en la planta 64 del rascacielos corporativo.
• «Dirigir hoy es aglutinar las individualidades sin coartar los espíritus«. ¿Cómo salen las personas del despacho del director general, con qué moral e ilusión, con qué confianza en sí mismas…?
• «Vivimos obsesionados por el resultado. los beneficios llegan si buscamos aspectos más intangibles».
• «Detrás de nuestros comportamiento debe haber equilibrio personal y emocional«. Y humildad, añadiría yo. Bueno, ya está implícita en el equilibrio personal y emocional.
• «El fracaso no es un punto final, es la suma de las dificultades comunes a todas las profesiones. Hoy llamamos fracaso a cualquier tropiezo. Vamos cargados de complejos y dejamos pasar oportunidades por tener prejuicios y ser unos tacaños emocionales. ¿Cuánto buenos nos perdemos por falta de generosidad?». Vaya, parece que la directora Shara me conoce…