Rebecca Winthrop, una de las colaboradoras más prestigiosas de la Brookings Institution norteamericana en temas de educación y desarrollo, publicó hace unos días una entrada en el blog de Brookings con el sugestivo título de «¿Podría ser el Papa Francisco el más grande defensor de la educación en el mundo?» (aquí, en inglés). El título picó mi curiosidad. Empieza contando cómo fue invitada a una reunión en el Vaticano para tratar de temas educativos. «Como no católica, este era un nuevo territorio para mí», confiesa.
De modo que se puso a leer cosas sobre la Doctrina Social de la Iglesia católica sobre educación. «Y descubrí una Iglesia muy diferente de la que aparece habitualmente en los titulares de la prensa. Los conceptos de dignidad humana, igualdad, el derecho de las personas a la plena participación en la sociedad y, en consecuencia, la llamada a proporcionar una protección especial a los pobres y vulnerables y a actuar buscando el bien común» llamaron su atención.
Para alguien interesado en el derecho universal a la educación, «la potente idea de que todas las personas formamos parte de una única familia humana, sin importar quién eres, de dónde eres, cuál es tu sexo, y si eres rico o pobre» le pareció particularmente atractiva. Por eso afirma que «mi viaje al Vaticano me enseñó que hay mucho más terreno común del que parece, entre las comunidades religiosas y las dedicadas a la educación global». De hecho, la última de sus recomendaciones es «apoyarse en la tradición educativa católica».
La Iglesia católica tiene muchas joyas que pueden servir de guía a la sociedad , porque se basan en una concepción de la persona que es muy rica y muy prometedora. Hay que leer los textos que ha publicado sobre estos temas, dejando de lado los prejuicios de que hace gala nuestra sociedad laicista. Y tienen que hacerlo, sobre todo, los científicos sociales, que son los que pueden entender qué hay que interesante y de prometedor en lo que dice la Iglesia.
Hola Antonio y lectores,
me dorprende que un angloparlante experto en educación descubra ls Doctrina Docial de la Iglesia de Roma, ante un evento como el que relatas. Muchísimo. Pensaba que un Harward’iano (como yo llamo a los sabios) sabía de la existencia de eso y estaba informado.
Realecto a SS el Papa, decir que se encuentra ‘tocado’ por ese pequeñísimo detalle del que disfrutan algunos Pro-Hombres de la Sociedad. por ejempli, y por nombrar a alguno cercano, Pannikkar el de Tavertet, Gaudí, Ignacio de Loyola, Jm Escrivà de Balaguer, Einstein, Marconi, Curí ….
No sé si Nuestro Papa será el mas grande defensor de la educación en el mundo. Sí sé que como buen Jesuita, ha sido una, quizá LA, prioridad de su vida.
una abraçada.
Luis Tarragona
Estimado Antonio:
Tal como dices, la Iglesia Católica tiene muchas joyas, la DSI es una de ellas. Los empresarios pueden encontrar en ella, importantes principios para resolver problemas así como ayuda para la acción. En concreto el documento del Pontificio Consejo Justica y Paz, «La vocación de Líder Empresarial. Una Reflexión», creo que es de gran ayuda para configurar un nuevo tejido industrial en el entorno globalizado.
Saludos,
Estimado profesor: no es sólo cómo y en qué educar, sino que hay ejemplos de resolución de problemas sin salida como el caso de la paradoja de Gódel en matemáticas que la resolvió Polo, gracias a su formación católica como lo indico en mi artículo http://www.leonardopolo.net/revista/mp49.htm para el caso de la economía.