En una entrada anterior hice referencia a la conferencia que impartí hace unos días en Valencia, invitado por la Asociación Española de Directivos, ADE. En el turno de preguntas, varios manifestaron su desacuerdo con mi afirmación de que la recuperación de la industria no es tan sólida como la de los servicios; esto lo decía mostrando un gráfico del índice de producción industrial, cuyo crecimiento en los últimos meses era inferior al 1% anual. De hecho, lo que me decían es que la industria debía ocupar un lugar central en la estructura productiva del país, porque producía muchas ventajas, desde empleo hasta exportaciones, y desde introducción de nuevas tecnologías hasta adquisición de ventajas competitivas sólidas –y pusieron el ejemplo de la industria del automóvil.
Estoy de acuerdo con ellos, y así se lo manifesté. Pero lo que yo trataba de decirles es que el renacer de la industria, después de la grave crisis de los últimos años, es un tema complejo. Influyen factores transitorios, como la mejora de competitividad frente a países emergentes, el crecimiento de las exportaciones o la recuperación del crédito bancario. Pero yo quería llamarles la atención sobre problemas más a largo plazo. Por ejemplo, si España desea tener ventajas duraderas en la industria, debe mejorar mucho la calidad de su formación, tanto básica como profesional; todavía hoy, con una tasa de paro superior al 23%, hay muchas empresas que se quejan de las dificultades que encuentran para cubrir las vacantes de personal cualificado.
No basta abandonar el ladrillo. Tampoco nos conviene recurrir a la industria que compite en costes bajos, porque nos resultará muy difícil sostener la competencia de los países asiáticos o africanos. Hace falta algo de esa industria barata, porque hay muchos trabajadores de bajas cualificaciones y baja productividad, cuya única salida ahora son empleos con salarios bajos; pero el futuro no está ahí. Pero una industria capaz de competir en niveles de remuneración elevados exige un esfuerzo que, por ahora, no veo en el país –con honrosas excepciones.
hace 7 años cuando el inefable zapatero argumentaba que había que dejar el ladrillo , comentamos : si, lo dejamos el viernes y el lunes todos somos alemanes.
han pasado los 7 años, y el dinero para formación es uno de los varios escándalos de corrupcion del país.
o nos ponemos a trabajar y a estudiar o no hay nada que hacer.
¿Ponernos a trabajar y a estudiar?¿Acaso no es lo que estamos haciendo ya? A parte de eso en este pais se necesita más mano dura con los políticos, no puede ser que tengamos unos políticos tan inconpetentes mientras cobran los sueldazos que cobran.
Efectivamente, y más para competir con la misma moneda de Alemania, lo único que sirve es I+D. Esto es una carrera de fondo que implica cambiar muchas cosas de nuestro país. Ahora mismo, estamos lejos de tener un I+D puntero y sólido a nivel internacional de manera consistente en varios sectores industriales.
El competir en industria de costes bajos es pernicioso.