«Transparencia: fuente de confianza en la empresa» es el título del último Cuaderno de la Cátedra «la Caixa» de Responsabilidad Social de la Empresa y Gobierno Corporativo, que ha escrito Claudia Lucía Alejos (aquí). Como todos los Cuadernos de la Cátedra, es un repaso a un tema importante para la RSC, con lenguaje asequible.
Lucía define la transparencia como aquella propiedad que «permite a una persona razonable e informada la toma de decisiones, generando credibilidad hacia la empresa». Por tanto, la transparencia no es información sin más, sino información dirigida hacia las personas que deben tomar decisiones que tengan que ver con una organización. Habrá, por tanto, distintas transparencias, según de qué stakeholders se trate: inversores, empleados, clientes, proveedores… La transparencia es, pues, un derecho que mira a los intereses legítimos de los stakeholders. No hay un derecho a la transparencia en general.
El Cuaderno señala también que la transparencia tiene una dimensión interna: no se trata solo de dar lo que la otra parte pide, sino también de manifestar lo que uno es. La empresa es un agente social, que cumple una función relevante en la sociedad. Ser transparente o no serlo indica ya una actitud acerca de lo que la organización pretende.
La empresa necesita también la transparencia para ganar su legitimidad: esta no se puede dar por supuesta, sino que debe conseguirse mediante buenas prácticas que, lógicamente, habrá que explicar, incluyendo el por qué de las mismas, el cómo, el cuándo y el para qué. Y, finalmente, Lucía señala que la transparencia también se ordena a la gestión de las relaciones con los stakeholders. Las empresas operan en una red de relaciones, y necesitan el diálogo con los otros nodos de esa red.
Como es lógico, el Cuaderno incluye muchas más ideas interesantes sobre la transparencia, especialmente en relación con la RSC. Puede encontrarse aquí.