En una carta al Financial Times el pasado 2 de octubre, un lector hacía referencia a la propuesta del nuevo líder del Partido Laborista de renacionalizar algunas empresas, entre ellas los ferrocarriles del Reino Unido. «Como alguien que tuve el ‘placer’ de utilizar los servicios de British Rail durante años, pensar en aquello me ha traído un sudor frío. Servicio pobre, falta de inversiones, y todo orientado al beneficio de sus empleados. Después de muchos años, opté por desplazarme cada día en coche, Sin embargo, al cabo de los años, me he convertido otra vez al uso del ferrocarril en la mayoría de mis viajes. Limpio, moderno, confiable y rápido (…) Sí, es más caro, pero es así como ha financiado al menos en parte, las tan necesarias inversiones. Si la política laborista se convierte alguna vez en ley, me imagino que no pasará mucho antes de que tenga que volver al coche».
Y concluye: «No puedo dejar de pensar que esa política es una mezcla del deseo de los sindicatos de tener más peso y del de algunos usuarios de que el coste del ferrocarril vuelva a recaer sobre el que paga los impuestos y no sobre el que lo usa».
El usuario de un servicio, que estaría dispuesto a pagar 10 por él, pero que solo tiene que pagar 8, se lleva un beneficio de 2; no le da ese nombre, que es el de excedente del consumidor, pero es un beneficio para él. Ese beneficio puede desplazarse. Los costes del servicio pueden aumentar, a costa del usuario; eso es lo que el lector del FT teme que hagan los sindicatos, si British Rail se nacionalliza. Me parece que en este país tenemos muchos ejemplos de este problema. La otra estrategia es bajar el coste para el usuario, cubriendo la diferencia con subvenciones públicas; de esto también sabemos mucho; algún día les contaré las cifras del servicio público de bicicletas subvencionadas en Barcelona. Está bien que los políticos hagan propuestas sobre lo que les gustaría hacer, pero alguien tendrá que recordarles los costes de esas propuestas para los ciudadanos. Ideología anti-libre mercado, bien, pero poniendo todos los factores sobre la mesa.
¡estos británicos!
Por un lado tienen a UKIP, y por el otro ahora surge Jeremy Corbyn.
Si siguen así, pronto se van a parecer a nuestro querido país.
En una bbq en Londres hace poco un inglés me digo que no entendía cómo los laboristas habían votado a un «unelectable candidate for PM», justo después de decirme que están bien las bbq porque «they keep you warm in the summer».
Disculpe profesor pero hay que abrir los ojos. Ustedes no saben lo que está pasando por américa. En todos los países hay una inseguridad debida a la proliferación de armas que parece «orquestada». Pronto, verá usted, en nombre de la inseguridad, los estados empezarán a apoderarse de todo «internamente» y luego los poderes se volverán internacionales (guerras) en nombre de la ¿seguridad? Aprovecho para recomendar que recen el Santo Rosario, que es la única seguridad verdadera.