Eso dice un estudio del Center for Disease Control de los Estados Unidos. Definiendo la borrachera como tomar cinco o más bebidas alcohólicas en una sola ocasión los hombres, y cuatro o más las mujeres, el coste estimado es de 249 mi millones de dólares al año para las empresas, o 807 dólares por empleado. Esto es el resultado de accidentes de automóvil, días perdidos, hospitalizaciones, menor eficiencia, etc.
Bueno, aparte de ponerle números al problema, no añade mucho a lo que ya sabíamos. Pero la noticia no me gusta, porque parece sugerir que «el» problema del los excesos en la bebida es el coste económico o la pérdida de productividad. Las otras dimensiones -psicológicas, familiares, de relaciones humanas, de deterioro de la salud, de mal ejemplo…- no son relevantes. Y me parece que esto no es lo adecuado. «Vaya, hombre, pobre fulano, ha vuelto a emborracharse, qué pena» tiene más sentido que «vaya, hombre, fulano ha vuelto a emborracharse, qué pérdida para el producto interior bruto del país».
Todas las cifras, llevadas al extremo son muy abultadas. Borracheras si, pero sin faltar al curro y sin llegar ebrio. Un saludo.
La falta de sincronismo sirve para esas circunstancias no-económicas también, pues son otros niveles de influencia: psico-social y moral; que se pueden estudiar así, mejor; dada la falta de hábitos y virtudes permitiendo identificar cuáles faltan con precisión