De bancos y de muchas otras entidades, claro. Está comprobado que los ladrones de bancos utilizan automóviles potentes para escapar con el botín. ¿Cómo no se les ha ocurrido a nuestras autoridades prohibir el uso de coches de ese tipo?
Bueno, a lo mejor ya se les ha ocurrido. El otro día pasé por mi oficina bancaria, y el cajero me confesó que hay propuestas serias para eliminar los billetes de 500 euros, que son los que utiizan los traficantes de drogas, defraudadores y lavadores de dinero negro. Mejor aún: hace unos días en el Financial Times un experto proponía la eliminación de las monedas y billetes: solo dinero electrónico, que deja huellas.
Buena idea. Solo que… esas huellas las dejaremos todos, todos, en todas nuestras operaciones. Por tanto, alguien puede rastrear para qué fue usted a un médico hace un mes o qué películas fue a ver hace una semana. Como recordaba una carta al editor del FT el pasado 8 de febrero, monedas y billetes no es solo dinero oculto, sino también privacidad. El Gran Hermano agradecerá mucho esa posibilidad de seguir a sus opositores políticos o a las personas cuyas ideas discrepan con las oficiales.
Por otro lado, ¿para qué queremos los coches potentes? ¿Para abandonar precipitadamente el banco en que hemos robado, o para pasear a la familia, ir de compras, viajar, lucir nuestra riqueza, disfrutar conduciendo…? ¿Para qué queremos las monedas y billetes? ¿Para ocultar nuestras operaciones ilegales, o para tener la libertad y la comodidad de comprar donde queramos, de no caer en manos de los hackers, o de poder dar una limosna a un sin techo que… ¡qué desfachatez!, no tiene una cuenta corriente ni utiliza una tarjeta de crédito?
Si los billetes de 500 están prohibidos, gurdaremos el fruto de nuestras fechorías en billetes de 200, ¡qué le vamos a hacer! Y si no nos dejan usar monedas y billetes, utilizaremos otros medios. Los inmigrantes envían dinero a sus países de origen sin pasar por las cuentas oficiales de los bancos, mediante redes privadas. Los defraudadores también aprenderán a hacerlo. Y si nos prohíben usar monedas y billetes, también inventaremos maneras privadas de mover el dinero sin pasar por los bancos. Por cierto, algunas monedas privadas, como Bitcoin, no dejan huellas.
Estamos en una era tecnológica que al final solo facilita el robo a grandes entidades. Sobre todo porque no nos damos cuenta.
Poco tardarán los grandes defraudadores en usar medios electrónicos invisibles, como Bitcoin, u otros que inventen. Sin embargo la gente normal no podrá hacerlo tan fácilmente.
¿Y el hecho de tener todo tu patrimonio en unos y ceros y no poder tener nada en efectivo, por si ocurre como en Chipre? El paraíso de los bancos, en 100% de los movimientos deben pasar por ellos.