Hombre, claro, ya sabíamos que hay políticas demasiado intrusivas. Y esto se aplica a muchas situaciones en la vida. Por ejemplo, cuando yo salía a la calle en invierno, mi madre me obligaba a abrocharme el abrigo y ponerme la bufanda y los guantes. Claro que yo era un niño sin experiencia, y esos detalles formaban parte de mi proceso de aprendizaje, porque los costes de aprenderlo yo solo podían ser muy elevados, en términos de resfriados y gripes. Pero cuando yo crecí, la intromisión se convirtió en un genérico «no te enfríes», que dejaba a mi responsabilidad la decisión sobre si ponerme el abrigo o no, y llevarlo abrochado o no.
La tentación de manipular las decisiones ajenas es muy grande, sobre todo cuando alguien tiene poder. Quizás le preocupaba a mi madre qué dirían de ella si su hijo pequeño se resfriaba, pero me parece que le preocupaba más yo que el qué dirán de los vecinos y parientes. Pero esta no es la actitud de nuestros políticos.
Y tomaré un ejemplo lejano, para que nadie se sienta aludido. Leo un titular del ABC del 10 de mayo: «El FMI [Fondo Monetario Internacional] pide a Alemania situar la jubilación por encima de 67 años». Y me pregunto: ¿quién autoriza a un organismo internacional a meterse de este modo en el contenido de la política de gasto social de un país? Que yo sepa, Alemania no se ha dirigido al Fondo pidiendo consejo sobre lo que tenía que hacer para hacer frente al pago de sus futuras pensiones. Si Alemania es un país soberano -y no hay motivos para que el FMI dude de que lo sea-, lo que debería decirle el Fondo es, más o menos, lo que me decía mi madre cuando yo era ya mayorcito: hijo, procura no tener déficit excesivo, procura no acumular demasiada deuda, ten en cuenta que la sostenibilidad de tu sistema de pensiones está en peligro, y asume tus responsabilidades. Lo mismo que dibieron decir a Grecia cuando se planteó la necesidad de controlar su déficit y su nivel de deuda. Otra cosa es que, si Alemania no hace caso, no toma medidas y pone en peligro, no solo su estabilidad financiera futura, sino también la de sus socios, el genérico «no te enfríes» podría convertirse en una bronca y un mandato serio.
Claro que también cabe que el FMI haya dado unas directrices genéricas a Alemania, y que el periodista las haya interpretado como la injerencia que yo he entendido.
Parece que a los lectores de ABC les apasiona el asunto de las pensiones en Alemania y la posición del FMI sobre el particular: cfr. en Google «Alemania, pensiones, 2016». Sin embargo, los redactores parece que no se enteran, y menos en titulares. Hoy ABC centra más la cuestión: «Alemania plantea una «jubilación a la carta» combinada con trabajo».
Desde el otro extremo, profesor; está la distribución de estados accesibles de una economía, en términos monetarios, para que pueda funcionar (se llama estadística de Boltzman). es lo más genérico que existe para ello. Pero tampoco esto se hace. Gracias por recordárnoslo