En mi última entrada propuse un tema que, me parece, tiene gran calado: el sistema económico capitalista no fracasa por el lado económico; tiene problemas, pero son mucho menores que los de los posibles sistemas alternativos. Lo que falla son los fundamentos filosóficos y sociales. Ahora quiero dar un paso más, sin proponer una solución: quiero hablar de lo que podemos llamar los «componentes» de nuestro sistema económico. He aquí los principales:
- Un complejo sistema de ideas y valores, desordenado, a menudo incoherente, que son objeto de un «mercado de ideas» donde se «compran» y «venden» concepciones del mundo, de la sociedad y del hombre, de la familia, de lo divino y lo humano.
- Dentro de ese batiburrillo, un conjunto de teorías filosóficas, sociológicas, económicas y políticas, tampoco ordenadas ni coherentes. Obviamente, la ciencia económica es la que más nos puede ilustrar en este campo.
- Un conjunto de normas y reglas legales, administrativas y sociales, como la libertad de empresa y de iniciativa económica, y los derechos y libertades individuales, y el papel, más o menos extenso, que atribuímos al Estado.
- Un conjunto de instituciones como el mercado, que permiten la coordinación de las decisiones individuales por una vía voluntaria, cuando recoge, almacena, procesa y transmite de manera eficiente la información necesaria para esa coordinación, y el sistema financiero ocupa también un lugar destacado, al menos en la fase actual del capitalismo.
- Un sistema de incentivos formales e informales, orientados a la eficiencia, incluyendo los supuestos de maximización de la utilidad y del beneficio.
¿Dónde se encuentran los fundamentos filosóficos y éticos de ese conjunto? Me parece que, primero y principalmente, en el sistema de ideas y valores; derivado de este, en las teorías, sobre todo económicas; derivado de todo lo anterior, en las normas, reglas e instituciones y, finalmente, en los incentivos.
Entre los críticos del capitalismo es frecuente decir que el el libre mercado, es el que conduce todo lo demás. Me parece que no es así, que lo que «manda» en este esquema es el «mercado de ideas» mencionado antes, porque esas ideas no las crea el mercado, sino la filosofía, la sociología, la economía y la ética; luego, los restantes componentes las potencian y desarrollan. Pero si queremos que los ciudadanos vuelvan a sentir aprecio por el sistema económico, tendremos que discutir sobre la sociedad individualista, utilitarista, emotivista, materialista… en la que vivimos. Y sobre la ciencia económica de lo que nos alimentamos, que se apoya en esos mismos trazos de nuestra sociedad.
Antonio Argandoña es Profesor Emérito de Economía del IESE.
Un muy buen resumen de lo que es el capitalismo -desde la perspectiva de su filosofía- se halla en el libro Filosofía y Economía de Leonardo Polo – EUNSA, 2015. Es motivante la claridad con que describe la sincronía socio-económica y, el retraso de los capitalismos (equivocados) espacio-centrados con respecto a, los tiempo-centrados que miran al futuro: libertad personal a lograrse a través de la organización temporal. Muy bueno.