Sí, los humanos somos seres complejos. Pero, para entendernos, necesitamos simplificarnos. En una web comunitarista encontré un listado de clasificaciones de los seres humanos, de acuerdo con distintas maneras de ver nuestras motivaciones; su autor es Uriel Abulof, de la Tel Aviv University:
- Homo oeconomicus. Se mueve por el cáculo coste-beneficio.
- Homo sociologicus. Por identidades y normas sociales.
- Homo psychologicus. Por emociones y sentimientos.
- Homo biologicus. Por imperativos evolucionistas.
- Homo civicus. Por el bien común.
- Homo conscientious. Movido por una brújula moral.
Todos tienen su parte de verdad, pero solo una parte. Probablemente hay que escucharlos a todos, pero esto es muy complicado. Por eso, las distintas ciencias se especializan. Y, claro, no se entienden entre sí, porque carecen no ya de un lenguaje común (libertad, familia o educación no significan lo mismo para un biólgo que para un sociólogo o un economista), sino de supuestos comunes (si nos movemos por criterios de interés personal, como decimos los economistas, ¿qué quiere decir que tenemos una brújula moral, o cómo podemos movernos por normas sociales?).
Es curioso que no aparezca un homo philosophicus: la filosofía es la ciencia que tendría que encontrar el hilo conductor de todo lo anterior, pero basta echar un vistazo a las tendencias filosóficas actuales para darse cuenta de que esto no figura en su plan de trabajo. Tampoco hay un homo theologicus: la dimensión religiosa se ve como una más, carente también de sentido unificador.
Bueno, al menos podemos intentar el diálogo interdisciplinar, aunque es difícil… pero productivo. ¡Se aprende tanto al hablar con los que piensan desde otras categorías!
Tampoco aparece el «homus tecnológico», al lado de Newton, Copérnico, Galileo, Pitágoras, etc. que dedicaron su vida a explicarnos los principios científicos.
Creo que ante tanto conflicto humano, lo primero que se debe hacer en una mesa de negociación es que los participantes numeren del 1 al 10 los criterios que previamente les presentamos. Eso ayudará a interpretar mejor sus posiciones. Luego se debe abrir a debate el orden que deben adoptar los participantes en la mesa de negociación. Si nos ponemos de acuerdo, recién podremos iniciar la negociación. Si no nos ponemos de acuerdo, entonces sabremos que nunca llegaremos a alcanzar el anhelado consenso. Nos evitaríamos tantas frustraciones y sobre todo hasta guerras civiles. Miren lo que ha pasado en Bolivia. Intolerancia hasta el infinito.
Walter Casquino
Muy interesante…. Si el filosófico aparece lo trascendente saldrá porque la persona es abierta a la trasciendencia. MUY INTERESANTE.
También sorprende que no aparezca el teológico con tantos que «dicen» que luchan por religión
Gracias
Interesante articulo.
Gracias por compartirlo.