Europa es nuestra referencia. Sí, claro: uno mira siempre a sus vecinos, se compara con ellos, aprende de ellos (o los desprecia, o los envidia). Lo necesitamos, porque somos, como decía Aristóteles, animales sociales. Pero el filósofo añadía que también somos inteligentes (aunque no siempre lo demostremos). ¿En qué debe ser Europa nuestra referencia?
Una buena comparación es siempre útil, si es buena, claro, y si la hacemos bien. Mi vecino tiene siempre su coche impecable; le veo limpiarlo con frecuencia, y esto es un ejemplo para mí. O veo que su criado lava el coche con frecuencia, porque es rico, y tiene varios criados, y yo no. Aquí mi vecino deja de ser un modelo para mí. O mejor, lo es en procurar que el coche esté limpio, no en el modo de conseguirlo.
Todo esto es un rodeo para comentar una noticia de hace unos días, en la prensa española: el seguro de desempleo es menos generoso en España que en el promedio de países europeos. Si, como yo entendí la noticia, se trata de decir que nuestro gobierno es cicatero con los parados, me parece que la comparación está equivocada, por muchas razones. Por ejemplo, las indemnizaciones por despido suelen ser particularmente elevadas en España, de modo que un desempleado recibe otros ingresos distintos del seguro de desempleo; la comparación que no tenga esto en cuenta está mal hecha, tanto si es por ignorancia del periodista como si se debe a una intención manipulativa.
A lo mejor la culpa es mía, por querer ver una agenda oculta en el periodista. Pero me temo que este no es el caso. Queremos igualar nuestros salarios a los alemanes, aunque nuestra productividad, o sea, nuestra aportación al producto interior bruto, es menor. Queremos que nuestros desempleados tengan generosos seguros de paro, pero no queremos pagar más cotizaciones sociales (porque, entre otras razones, esto desanima la creación de empleo). Y queremos que nuestros desempleados cobren elevadas compensaciones mientras están en el paro, aunque esto les desincentiva a buscar empleo, de modo que todos debemos pagarles un porcentaje mayor de sus ingresos durante mucho tiempo.
Gracias por sus entradas profesor. La culpa no es ni suya ni del periodista ni de nadie … o en todo caso del nominalismo. Problema que no es fácil, ya que duró casi setecientos cincuenta años en resolverse. Las generalidades y las singularidades no sólo se oponen sino que están en niveles distintos de la mente. Es más, aunque su unificación pueda ser numérica, la realidad no está en la mente sino afuera y eso es lo difícil de adecuar (y además, hay que entenderlo como hechos distintos).