Sí, el pasado día 11 de enero se cumplieron seis años desde el inicio de este blog, y esta es la entrada número 1368. Gracias a todos por vuestra paciencia y vuestros comentarios, a los que no contesto, pero que leo con interés y me hacen pensar. Y al ir a escribir esta entrada, pensaba qué os iba a decir. Porque celebrar un aniversario está muy bien, pero hay que decir algo, ¿no?
Los que me seguís desde hace tiempo, habréis comprobado cómo he ido pasando cada vez más a temas de sociedad, de ética social, de política, sea económica, educativa o de otro tipo. Esto es lo que me interesa más ahora, pero sin olvidar que trabajo en una Escuela de Dirección de Empresas, y lo que me ocupa es, sobre todo, cómo ayudar a los directivos y empresarios a dirigir mejor y ser conscientes de sus responsabilidades. Y ahí es donde inciden los temas sociales. Esto se ha puesto de manifiesto, sobre todo, en los últimos tiempos, con los cambios en las ideas de la sociedad. No es algo nuevo, lo veíamos venir, pero ha llegado muy rápidamente, y quizás nos ha tomado a todos por sorpresa, al menos en los países que llamamos desarrollados.
Desde el punto de vista de la empresa, la importancia de esos cambios no parece inmediata, pero la tiene. La racionalidad económica pasa a un segundo plano, a menudo, ante las redes sociales, el populismo o los extremismos. Esto no es grave: forma parte de la incertidumbre, que siempre ha estado y está presente en el mundo de los negocios, y las empresas saben cómo manejarse con ella. Y, sin embargo, la gente que ahora viene a las empresas, a comprar, a vender, a trabajar o simplemente a mirar, son, como he dicho muchas veces, más individualistas, emotivistas, utilitaristas, y se dejan llevar por sus intereses particulares: siempre lo hemos hecho, pero ahora «está en el ambiente» y lo hemos convertido en derechos. En España ahora eso de los derechos está muy vivo. Y no sabemos cómo podemos explicarlos y de dónde vamos a sacar dinero para pagarlos. Porque los nuevos derechos son, a menudo, económicos, o tienen repercusiones económicas.
Soy optimista, ya lo habéis comprobado, y me parece que la verdad acabará abriéndose paso, pero me parece que la lucha se ha hecho más ardua y, de alguna manera, más cuerpo a cuerpo. Cuando dices algo en un blog, te escuchan algunos, pero te critican otros muchos, de manera que es difícil que la verdad se imponga. De modo que hay que bajar a la conversación personal, al trato de amigo a amigo, a la reflexión, a «pasar la patata caliente» al otro… ¿Qué te parece tal o cual propuesta? ¿Te parece justa? ¿Cómo reaccionarías si fueses tal o cual parte en el asunto? ¿Se lo contarías a tu marido o a tu mujer, o a tus hijos pequeños…? ¿Te gustaría que esto saliese en la prensa mañana? Aquí, en este ámbito más personal o familiar, me parece que es donde nos damos cuenta de que la gente todavía sabe pensar, todavía entiende qué es la verdad y, desde luego, se mueven con buenas intenciones (aunque no siempre lo parece).
Bueno, gracias de nuevo a todos por vuestra colaboración, dándome aliento y comentando mis tonterías. Hasta siempre,
Don Antonio, me sumo a los otros comentarios.
No es fácil ser empresario y, por lo mismo, uno necesita que permanentemente le estén recordando ciertas cosas que, de otro modo, «por sabidas se callan y por calladas se olvidan».
Muchas felicidades!
Siempre es un placer leer sus entradas.
La responsabilidad social de las empresas empieza por las personas. Se trata de un cambio cultural y sus comentarios ayudan a que reflexionemos sobre todo lo que ello comporta.
Un saludo
Estos comentarios son una entrada clara y rápida a problemas complejos. Esto siempre se agradece!
Hasta pronto
Felicitaciones. Más gente se siente con derecho porque el lenguaje social, hoy por hoy, es el dinero profesor. Pero lo triste, como usted siempre nos advierte, es que ese lenguaje no puede hablar de cosas más altas como la responsabilidad, que sólo se entiende por analogía. Para poder hablar como usted lo hace, se requiere conocer muy bien (hábitos full tank) la profesión que uno desempeña. Esperamos que siga muchos años más.
Muchas gracias por sus aportes que son de provecho en nuestro día a dos. Saludos
Muchas gracias por los comentarios.
Un saludo
Antonio muchas gracias por tus comentarios que dan mucho que pensar y ayudan tanto a decidir. No dejes de profundizar en esta línea de sabiduría en que nos has introducido a muchos
Felicidades!
Y gracias a usted por compartir con nosotros este espacio para la reflexión, lo considero siempre útil e instructivo.
Un saludo