Hace unos días Christine Lagarde, Directora Ejecutiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo que, dentro de diez años, la sede central del FMI podía estar en China. Los estatutos de esa institución establecen que la sede central debe estar en el país con la economía más grande. No sabemos quién mandará en el FMI, que teóricamente seguirá siendo gobernado por un órgano colegiado y, de hecho, por burócratas de unos cuantos países.
Lo que me interesa no es el FMI, sino nuestra casa. Es algo que vengo preguntando a mis alumnos desde hace años: ¿de quién serán nuestras empresas, dentro de medio siglo? Suelen decirme: de los ricos. De acuerdo, pero ¿qué ricos? Los de siempre. No: serán otros. Y les hago el siguiente razonamiento: tú y yo ahorramos para nuestra futuro, y el de nuestros hijos. Bueno, ahorramos por más razones: para protegernos de contingencias negativas, para poder aprovechar oportunidades, etc. En todo caso, al ahorrar estamos trasladando poder adquisitivo del presente al futuro, sea este el corto (para financiar la boda de un hijo dentro de un par de años) o el largo plazo (para nuestro retiro). Y, al revés, al pedir crédito o desahorrar traemos al presente poder adquisitivo del futuro.
Ese poder adquisitivo que el ahorro traslada hacia el futuro se materializa en bienes o en derechos (activos financieros, principalmente): se compro una casa, podré venderla dentro de unos años; si tengo dinero en el banco, lo podré retirar; si tengo bonos o acciones, los podré vender. Ahora, cuando ahorro, me convierto en propietario; en el futuro, cuando necesite el dinero, venderé mi propiedad. ¿A quién? A quien esté ahorrando en ese momento. ¿Será un ciudadano español o europeo, o mejor un asiático, o un africano? Teniendo en cuenta que en nuestro continente la natalidad está cayendo y la esperanza de vida se alarga, cada vez produciremos menos, cada vez ahorraremos menos y cada vez venderemos más patrimonio.
Moraleja: es probable que en el futuro el número de empresas, viviendas o locales propiedad de extranjeros sea cada vez mayor. Bueno, eso ya está pasando ahora en nuestras ciudades: cada vez hay más extranjeros que compran pisos, sea como inversores desde fuera, sea como usuarios dentro del país, porque ellos ahorran y nosotros desahorramos, vendemos. Y lo mismo ocurre con nuestras empresas.
Esto no tiene por qué ser una tragedia. De hecho, ha pasado desde los orígenes de nuestra presencia en el planeta tierra. A veces el tránsito ha sido violento: invasión, matanza y apropiación de bienes. Últimamente es más pacífico.
Yo es algo que me pregunto diariamente, me considero una persona bastante inquieta con acerca del futuro que nos espera… Muchas gracias por compartir este artículo.
Estoy de acuerdo con el comentario de OverSp respecto a China, para que un pais crezca hay que invertir.
El problema de algunos paises como el nuestro, es que no se invierte lo necesarío o en lo necesarío.
Cierto es como dice Javier, el ahorro no se mide con números, sino con organización, como vamos a crecer si no hay organización, si dejamos que vengan de fuera y aprovechen los tesoros de éste pais mejor que nosotros, en conclusión si un pais no está unido, la economía se va al «garete»
Una gran reflexión profesor.
A ojos de un poco entendido como el que escribe la que mejor lo está haciendo es China, en cuanto a inversiones me refiero solamente, no entro en otros temas.
No sólo está invirtiendo en inmobiliaria, que también, sino en grandes industrias como la de los videojuegos o especialmente la del cine, comprando cadenas de distribución y productoras.
Igual en el tema del fúbol, donde han intentado entrar por el gran escaparate que es se les ha ido un poco la mano llevados por la pasión, pero el resto de sus inversiones que se van conociendo parecen acertadísimas. Y si las que se conocen son acertadas… las que no vemos probablemente lo sean aún más.
Un Saludo.
Me ha parecido un artículo súper interesante tanto por el contenido como por el enfoque, es algo en lo que pienso mucho ¿Qué será de nosotros dentro de 50 años? ¿Dónde estaremos? Me ha gustado mucho tu razonamiento, aunque difiero de que sea una tragedia o no, en cierto modo me gustaría que pudiésemos conservar el poder en el país..pero bueno, no adelantemos acontecimientos ¿no?
Estimado profesor Argandoña, su post me recuerda, como en otros anteriores, al profesor Polo cuando decía que ahorrar es evitar utilizar lo que hay que reponer después: es el caso de los desechos por ejemplo. Y nuestro tiempo se caracteriza por contaminar, cada vez más. Esto se mide por el aumento de entropía física, que según dicha ciencia no se puede evitar y se llama segunda ley de la termodinámica. Polo decía que dicha ciencia llega a ese principio por olvidar la causa final. Y también que solo los vivientes son poseedores de dicha causa: de su propio fin. Es decir, que el ahorro no se puede medir con números, cuando se trata de vivientes, pues somos capaces de organizar el entorno de modo neguentrópico y eso es imposible de medir con números. Lo que se puede medir con números es la consecuencia de esa organización, pero organizar innovando es un tema de hábitos y virtudes que escapa a la contabilidad física