¿Por qué me gusta hablar de confianza con mucha frecuencia? Porque es un buen espejo de las conductas virtuosas y morales. Y porque todos salimos ganando, si creamos confianza entre nosotros, algo muy necesario en nuestra sociedad individualista.
Por eso me gustó encontrar en Knowledge@Wharton una entrevista con Robin Dreeke y Cameron Stauth, a propósito de un libro que han escrito sobre cómo conseguir crear confianza. Lo primero que me atrajo fue la fotografía que encabeza el artículo, y que es todo un canto a la confianza: un hombre, colgado de un trapecio, con los brazos extendidos para recoger a una mujer que está saltando de su trapecio para lanzarse al vacío. ¿Hay mejor ejercicio de confianza?
Ya he explicado otras veces que yo confío en otra persona, por ejemplo el empleado de un taller de reparación de automóviles, cuando lo considero capaz de reparar mi auto (tiene conocimientos y capacidades), puede hacerlo (no tiene impedimentos), quiere hacerlo y está dispuesto a poner mis intereses por delante de los suyos. Dreeke y Stauth se plantean cómo crear confianza en cualquier persona con la que yo me pueda relacionar. Sus recomendaciones van en la línea de la última de las condiciones que he señalado antes: lo primero, dicen, es entender las prioridades del otro, sus necesidades, deseos, sueños y aspiraciones, humanas y profesionales, a corto y a largo plazo. O sea, trata los demás como te gustaría que te trataran a ti, o piensa primero en los demás. ¡Buen comienzo!
Luego vienen sus consejos concretos:
- Suspende tu ego. Piensa primero en la otra persona.
- No juzgues. Si le juzgas, él levantará una barrera.
- Honra la razón. Sé objetivo, no te dejes dominar por las emociones.
- Valora al otro. Trata de entenderlo, sin juzgarle, y dale tu confianza: empodérale.
- Sé generoso. Dedícale tu tiempo, tu atención, sin esperar reciprocidad.
Son distintas maneras de poner de manifiesto lo que hemos dicho antes, y podemos aplicarla en todas las facetas de nuestra vida. Buenos consejos, ¿no?
Acabo con una frase de la entrevista que vale la pena: «la negatividad se produce, sobre todo, porque el otro está inseguro y está intentando mostrar su propia valía con una conducta inapropiada».
Gracias por este gran artículo profesor. En todo nivel de nuestra vida nos pasa. Como bien dicen por ahí… «La confianza da asco» y a veces se plasma en nuestra vida esta situación.
Los seres humanos revelan 2 valores.
1. El «PUSH»
2. «POR FAVOR, POR FAVOR»
Muy buen artículo profesor, mi opinión acerca de esto es que la confianza es bueno tanto en darla como recibirla, ya que aumenta nuestro autoestima y nos ayuda a pensar de otra forma.
Muy buen artículo profesor, mi opinión acerca de esto es que la confianza es bueno tanto en darla como recibirla, ya que aumenta nuestro autoestima y nos ayuda a pensar de otra forma.
La verdad yo creo que la persona que le de confianza a una persona que tiene metas y ganas de hacer cualquier cosa, lo lograra.. quizás tarde pero lo lograra.
EL EFECTO PIGMALIÓN
Valora al otro, dale tu confianza, confía en él.
Si confías en alguien y le haces saber que puede ser capaz de llegar a hacer o conseguir cualquier cosa, siempre sin pedirle imposibles, es muy probable que lo logre, entre otras cosas porque no querrá defraudar la confianza que has puesto en él.
Gracias por actualizarnos, profesor. Recuerdo a Juan Antonio diciendo que la confianza en el poder que uno pueda tener (la confianza a priori) se pierde por: 1) uso injusto, 2) no usarla cuando debe usarse y 3) uso inútil de esa confianza. Muy al caso de lo que nos viene pasando «a todo nivel».