No, no voy a explicar si los terroristas planean utilizar las hormigas para sus planes homicidas. Lo que motiva esta entrada es una noticia que leí hace unos días: «Bruselas concederá ayudas europeas para proteger mejor los espacios públicos de ataques terroristas». El Comisario de Seguridad, Julian King, anunciaba esas medidas, encaminadas a proteger los espacios públicos y denegar los medios de los que dependen los terroristas, en términos de dinero y explosivos.
¿Ayudas financieras a las ciudades europeas para proteger los espacios públicos? ¿Cuántas ciudades europeas hay? ¿Cuántos espacios públicos tienen? Van a utilizar el dinero de los ciudadanos para proteger… ¿qué? La noticia decía que Madrid, Barcelona y Cambrils, afectados por atentados en los últimos años, habían pedido ayudas. Y supongo que la lista se alargará, en cuanto los alcaldes lean esta noticia. Entiendo que si un atentado destroza una ciudad y hunde su economía, pida ayudas a su gobierno nacional (¿por qué a la UE?) para reconstruirla, pero no que las pida para proteger… sus parques, sus monumentos, sus instalaciones deportivas, sus mercados… y mil cosas más, que son espacios públicos, lo mismo que sus escuelas, sus hospitales, sus universidades… y sus barrios, y sus casas, y sus autobuses…
Pero, ¿qué tienen que ver las hormigas con los terroristas? La noticia decía que el Comisario de Seguridad anunciaba medidas para evitar el acceso de los terroristas a sustancias peligrosas y explosivos caseros, así como a la financiación, estrechando el seguimiento del dinero a través de los diversos países. El lector habrá encontrado algún día, en su casa o en otro lugar, una fila de hormigas que se mueven. Y habrá pisado las que están en una baldosa (aunque quizás no lo reconozca, por tratarse de un acto de crueldad con los animales). Y habrá comprobado que las hormigas salen de aquella baldosa e invaden las demás. La única solución es… pisotear todo el suelo. Pero tampoco sirve, si no se encuentra el hormiguero y se destruyen allí.
Entiendo que el Comisario de Seguridad debe tranquilizar a los ciudadanos, diciendo que «estamos haciendo todo lo que podemos». Pero esto va a complicar la vida de esos ciudadanos, y va a tener una eficacia muy reducida. Bueno, no quiero ponerme negativo, pero, si a estas alturas, todo lo que se nos ocurre es exigir que las transferencias entre países lleven identificado el remitente y que la venta de ciertos productos en supermercados exija la identificación del comprador, no vamos a ir muy lejos.
Muy interesante su artículo! Lo leo siempre!
Como bien comenta profesor, cortar la cadena de suministro a la mitad solo hará que busquen otros caminos, es mejor atacar el problema de raíz.
Muchas gracias por la informacion, saludos.
Como de costumbre profesor, su post me recordó la contravarianza. Es un modo de «objetivar» (como diría el profesor Polo) el sincronismo vital en lo que logra que una organización no se quiebre. En el caso de las hormigas, es más fácil en el hormiguero (porque el sincronismo se origina allí) pero en otros casos, depende …