El que sabe, hace, y el que no sabe, enseña. Yo enseño. Por eso me gusta escuchar a los que hacen, que son los que saben. Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una reunión de empresarios del Consejo Asesor del Encuentro de Alimentación y Bebidas del IESE. Yo les conté lo que solemos decir los economistas: la economía sigue creciendo (crucemos los dedos, por si acaso), el consumo también, pero con menos brío que antes y expectativas buenas, pero no excelentes, para el resto de este año y para el que viene… y las razones de todo esto (empleo, confianza, deuda, crédito…). Y aquí intervinieron ellos, para dar su punto de vista desde ángulos muy distintos, desde la distribución hasta los supermercados y el sector agropecuario.
Dos cosas me llamaron la atención, también porque están de acuerdo con lo que los economistas vemos en la evolución del consumo a la que me he referido antes. Una: los productos cuya demanda crece son los «premium», los de mayor calidad, diferenciados, sostenibles…; y los precios acompañan a esta tendencia: casi todo el alza de precios que se observa en los diferentes subsectores tiene que ver con esa demanda que, obviamente, está relacionada con la mayor renta. O sea, cuando la renta sube, la gente no consume más alimentación y bebidas, sino de más calidad y de mayor precio. El negocio, desde el punto de vista de la rentabilidad, está en ese segmento de mercado: si tienes productos «diferentes» que la gente demanda cuando sube la renta, felicidades.
Y la segunda cosa que dijeron (bueno, dijeron muchas más, pero aquí no voy a referirme a todo eso) es que la demanda de bienes «normales» está estancada, no aumenta y tampoco lo hace su precio. Y esto nos lleva a una conclusión: la desigualdad de ingresos sigue siendo elevada en España (y probablemente en otros muchos países). Y la pregunta clave es: ¿es esto sostenible?
Un gran artículo sin duda. La desigualdad económica está a la orden del día y lo se de primera mano por que yo soy redactor en un blog sobre cuánto gana cada persona en este mundo. Ya sea un jugador de fútbol, un cantante, un actor, incluso un médico o un cirujano. Por desgracia los sueldos en este mundo están muy descompensados, sobre todo por ver como un hombre que le da patadas a un balón cobra más que uno que salva vidas, pero bueno son cosas que vienen de siempre. Muchas gracias por deleitarnos con estos artículos. Un cordial saludo maestro! 🙂
Muy interesante el artículo, me gustó mucho el comienzo. Yo también enseño, y al enseñar aprendo.
Desgraciadamente en nuestro despacho de abogados de Murcia, tenemos varios casos relacionados con la economía y la desigualdad entre ambas partes. Si las personas se pusieran de acuerdo entre ellas, la verdad no harían falta abogados en el mundo y eso haría desaparecer despachos de abogados como el nuestro en Murcia, pero solo pido que sean más coherentes a la hora de ser más iguales económicamente. Un cordial saludo desde el despacho Murciano de Abogados.
La sostenibilidad, profesor, radica en la coherencia económica. En mi libro de La Constante (acepto que parece mktng, disculpe usted) caracterizo matemáticamente este concepto. Es básico porque es matemático. Todo espacio de referencias numéricas, como es el mercado, posee obligado este invariante; porque es el que permite co-existir entre personas y con los bienes. De aquí la diferencia entre enseñar (espiritual) y hacer (material) que se encuentra en su valor numérico y solo puede ser sostenible si se respeta la coherencia (lo que se llamó «mano invisible» por los clásicos)