El otro día escribí una entrada con este título, a propósito de algunas ideas recibida de beethik sobre una Jornada de Ética a tres bandas. Continúo con mis reflexiones sobre el informe de ese reunión.
7. Lo de las tres bandas tiene que ver con las tres funciones que tienen que gobernar la gestión ética en la empresa: dirección de personas, dirección de Responsabilidad Social y dirección de Compliance. Vale. Pero echo en falta una referencia a los de arriba de todo. Porque si el Consejo de Administración va por otro lado, y el CEO y el Comité de Dirección no están en la misma página de la ética, eso no sale. Como leí hace años de un famoso profesor de Estrategia en la Harvard Business School, la gente, al final, hace aquello para lo que le pagan. Y si le pagan por cumplir unos objetivos de ventas, hará todo lo posible por vender, aunque eso no sea ético. O sea, el tema de los incentivos es importante. Lo que pasa a menudo es que los objetivos los ponen desde arriba (hay que aumentar las ventas en un no-sé-cuántos por ciento), y los de abajo ponen los incentivos (de cuánto será el bonus en función de tus ventas), y ahí empieza a aflorar el conflicto ético. Pero, volviendo a las tres funciones, estoy de acuerdo con ellas, como correas de transmisión de la ética o la Responsabilidad Social.
8. La responsabilidad es de las personas. Claro.
9. Y se es responsable por lo que les pasa a las personas. Los impactos económicos, sociales y medioambientales vienen después. De acuerdo. Me preocupa menos que el medioambiente o la fauna de los bosques se vean perjudicados por mis residuos tóxicos, que el que sean otras personas, que quizás aún no han nacido, las que sufran los efectos de mi contaminación.
10. «El Compliance es una consecuencia de la ética, debería serlo». Para algunos no lo es, es un aspecto técnico. Pero debería serlo. Y mientras no lo sea, estaremos moviéndonos en el terreno de las herramientas, al que aludía en mi entrada anterior, y no en el ámbito de la gestión ética.
11. «No hay una única figura responsable de la Responsabilidad Social«. Sí, y gracias por recordárnoslo. La contaminación no es un problema de RS, sino de fábrica, del director, los técnicos y los empleados y, por supuesto, de dirección general.
12. «Todas las áreas de las organizaciones deben perseguir el mismo objetivo, delimitando de forma clara las funciones de cada uno de estos perfiles». Sí. Empezando por los de arriba, y acabando en los de abajo.
13. «Hay que desarrollar la virtud de la prudencia, saber elegir bien, exactamente lo que es justo». ¡Gracias por recordarnos que la ética la ponen en práctica las personas virtuosas! Uno puede ser justo una vez, quizás por casualidad, pero hace falta que sea justo todos los días, en todas sus decisiones. O sea, si es una persona justa. Aunque cometa errores.
14. Acabo con la última idea: hay que «aplicar la ética en esta toma de decisiones que hacemos cada día».
Como le decía hace 29 entradas profesor, lo que se debe hacer es medir bien. Para eso se requiere coordenadas covariantes (los servicios) y contravariantes (el tiempo) y colocar un «engranaje» loco. Es un elemento intermedio que absorbe las discrepancias y las «suma» a todo el complejo de la institución. Yo propongo esas medidas «comunes» a todos los sistemas en mi libro de La Constante: la más amplia es la coherencia económica. Y cómo adaptarlas a las distribuciones estadísticas reales (co y contra variantes). Así se adaptan todos los sistemas y se mide algo de modo común. Las aplicaciones las disponen los directivos, por supuesto, pero tienen una herramienta cuantitativa (de algo cualitativo, según ellos conciban) que los comunica