Hace ya años que la prensa nos explica en qué día del año empezamos a trabajar para nosotros mismos, una vez que hemos recogido ya lo necesario para pagar el impuesto sobre la renta. Ahora me entero de que hay algo parecido para las empresas, al menos en Estados Unidos (aquí). El estudio es del American Enterprise Institute, y sus resultados merecen un comentario. Mark J. Perry, el autor del artículo, afirma que las empresas (del sector de la distribución) de una amplia base de datos norteamericana tienen un margen de beneficios sobre ventas del 6%, lo que quiere decir que, si se supone que la empresa que está en la mediana de la distribución trabaja 365 días al año, empieza a hacer beneficios el 10 de diciembre; si es un restaurante, el 26 de noviembre; si se dedica a la distribución online, el 18 de diciembre; si es un detallista de alimentación, el 26 de diciembre. El resto del año dedica todos sus ingresos a pagar sus costes: materias primas, mano de obra, amortización, gastos de operaciones, etc.
El autor saca una conclusión: hay que explicar esto a la gente, a los políticos y los medios de comunicación, que piensan que los beneficios de esas empresas son enormemente altos (Perry dice que, en una encuesta, la gente afirmó, en promedio, que les parecía que los beneficios eran un 36% sobre las ventas).
Yo añadiría alguna conclusión más. Una: habría que matizar las cifras. Lo relevante no es el volumen de ventas, sino el valor añadido. Un supermercado compra productos a los mayoristas y los vende al público; el mayorista ya ha hecho sus beneficios, y el supermercado solo gasta los salarios de su personal, no los de los que le preceden en la cadena de distribución, y el combustible de sus camiones, etc.
Hay otra cosa que me parece interesante, en un plano más, digamos, filosófico. Una empresa es una comunidad de personas que se ponen de acuerdo para hacer algo. Todos esperan llevarse una parte de los ingresos. El negocio es bueno cuando permite pagar a todos los que han contribuido a la producción, incluidos los beneficios de sus propietarios o accionistas. Ya se ve que, con las cifras dadas antes, todos quedan satisfechos (al menos, de acuerdo con el contrato que firmaron), y los clientes también (ya que han pagado lo que la empresa les pedía). ¿Es suficiente el 6% de las ventas para que los accionistas reciban la remuneración que les anime a seguir poniendo su dinero en la empresa?
Estoy en el paso 1 llevo 2 meses con mi negocio funcionando y algunos días es frustrante preguntarse si va a funcionar o no el negocio. Si tome la decisión correcta al empezarlo o o si solamente me hice ilusiónes sin bases sólidas. Pero este artículo ayudó mucho.
Por ser el tiempo contra-variante, permite explicarlo todo (debido al sincronismo o movimiento circular poliano). Pero complica mucho las explicaciones covariantes, porque son muchas. Para ello es mejor volver al sistema de covarianzas y explicar su sincronización real. Los ratios de las empresas son covariantes, pero sincronizados, y hay que saber diferenciarlos; porque si las utilidades no se re-invierten, mal negocio será. Y es algo que sólo puede saberse estudiando los sincronismos futuros de esas utilidades.