Me gustó la entrevista que hizo Gemma Tramullas a Virgínia Cierco, en El Periódico del 17 de abril (aquí): «Una biblioteca no va de libros, va de personas». Algo mejor iría nuestra sociedad si esto lo pudiésemos decir de todo. Señalo aquí algunas de las cosas que me gustaron:
- «Hice las prácticas de la carrera en una biblioteca de instituto y allí me di cuenta de que una biblioteca no va de libros, sino de personas«. Me parece el enfoque correcto de cualquier «negocio».
- «Las bibliotecas públicas son espacios de relación de gente muy diversa, son gratis, puedes entrar sin identificarte, no hace falta que gastes y puedes hacer algo o no hacer nada. No hay otro espacio de convivencia igual y eso permite trabajar muchas problemáticas sociales». No hay que desaprovechar cualquier oportunidad para relacionarse con otros. Cuando era niño, acompañaba a mi madre a la compra en épocas de vacaciones, y comprobaba lo bien que lo pasaba charlando con personas a las que, probablemente, no se encontraba en otros lugares.
- «La biblioteca es de la gente. Uno de los secretos es conocer muy bien el territorio, adaptarte y formar parte de él». Es una manera de decir que esas personas, que son las que cuentan, no son átomos aislados, sino que viven en un entorno, con unos condicionantes.., que hay que conocer
- «Fomentamos la lectura, pero más con el objetivo de mejorar las habilidades de comprensión lectora de los jóvenes». El peligro es medir el éxito de una biblioteca por el número de préstamos o de consultas de libros que se llevan a cabo. Esto, en un entorno de escasa capacidad de lectura, no es lo más importante. Al mismo tiempo, muestra la ventaja de generar tu propia «misión» que, si entiendo bien a Virgínica Cierco, no es «tener muchos libros» o «prestar muchos libros» sino «contribuir a una sociedad con más capacidad y pasión por la lectura».
- «Trabajamos para generar oportunidades a niños y jóvenes, que son los más vulnerables, pero esto es superambicioso y solo somos una biblioteca; no lo podemos ni lo debemos hacer solos«. Claro: hay que formar alianzas, colaborar con otros, ayudar…
Hablamos muchas veces de la Responsabilidad Social de la Empresa. Quizás algún día deberíamos hablar de la Responsabilidad Social de las Bibliotecas, de los Centros Cívicos, de los Mercados, de las churrerías de barrio…