Leí en un blog una entrada sobre «La tasa ‘single’: pagas más por vivir solo». Mencionaba la cantidad de ocasiones en que el consumo de una sola persona es penalizado: la paella en los restaurantes (mínimo para dos), el coste de un apartamento individual, los productos en envases familiares, los descuentos por viajes «en pareja»… Es verdad. Pero me parece que esto tiene una explicación económica muy sencilla: las «economías de escala». Por ejemplo: una casa para una sola persona es, necesariamente, más cara que si está pensada para varias, porque las partes comunes (recibidor, pasillos, comedor, sala de estar, cocina, baño) no se reducen proporcionalmente cuando se reduce el número de usuarios. Y lo mismo a la hora de preparar la comida: una persona come la mitad que dos, por ejemplo, pero el tiempo necesario para preparar esa comida no se reduce a la mitad, ni probablemente el gasto en energía, o en agua, etc. Y los vendedores, claro, tienen en cuenta los costes de producción.
Y lo mismo ocurre con el ahorro. Citando un estudio del Reino Unido, el blog señalaba que las personas que viven solas gastan en media un 92% de sus ingresos, mientras que las que viven en hogares de dos personas gastan solo el 83%: si hay economías de escala en los gastos, también las hay en el excedente, que es el ahorro.
«Los productos y servicios no están adaptados al consumo individual«, decía el blog. El precio responde a la demanda, a la cantidad que está dispuesto a pagar el comprador, y al coste marginal, como dicen los libros de microeconomía, es decir, al aumento del coste de producir una unidad más. Si hay economías de escala, el coste marginal de una botella de un litro es menor que el de dos botellas de medio litro.
Pero esto admite excepciones, cuando la demanda es suficientemente importante. Un caso famoso es la introducción de las bolsas de champú de un solo uso que, según tengo entendido, introdujo Unilever en la India: la botella grande era más barata, pero la economía de la familia de clase media-baja no permitía «invertir» tanto dinero en un producto que pasaría semanas en el lavabo, hasta ser consumido. De alguna manera, la compra de una botella era una inversión, no un gasto de consumo, y las amas de casa preferían pagar más, proporcionalmente, por una bolsita de champú que por una botella grande. Quizás por ello empiezan a verse en los restaurantes la opción de paella para un solo cliente. Que, seguramente, será más cara, si el argumento explicado antes tiene sentido.
¿Es esto justo? Me parece que sí: no veo por qué haya que practicar una discriminación de precios, cuando esto va contra la cuantía de los costes. ¿Y si hablamos de una persona mayor, que vive sola, con una pensión de miseria? ¿Habría que subvencionar sus compras? Si definimos bien el problema, este no radica en que los productos de consumo sean más caros en dosis individuales, sino en que la renta de esa persona es insuficiente.
Antonio Argandoña es Profesor Emérito de Economía del IESE.
Como siempre excelente articulo.
Mi duda viene por el lado si siempre es aplicable este tipo de razonamiento en general, o habria que ver el caso a caso.
El costo de una unidad en un lote es geométrico, es decir, del tipo C/q. Digo geométrico porque la q (cantidad producida) va en el denominador, Pero las ventas crecen aritméticamente (p*q). Ya se ve que la diferencia está entre C (inversión en el lote) y p (precio unitario). C es un total (lo que se paga para producir muchas unidades q. Y p es lo que paga el cliente por una sola unidad (la que compra). El costo se va haciendo más pequeño a medida que crece las unidades producidas q. Los ingresos crecen a medida que se venden más unidades q. El equilibrio se da para la oferta= demanda. Pero las previsiones de los directivos fueron hechas para q unidades. Aunque no lo crea, profesor, el que manda es el periodo de previsión. Eso es lo que llamo ciclo económico (mejor dicho) productivo. El ciclo económico es el de equilibrio oferta-demanda.
Si los directivos calcularon mal el ciclo, los costos serán más altos (si es menor) y más bajos (si el periodo es mayor, geométricamente a mayor q menor es C/q). Por eso hay que incluir los sueldos directivos en el ciclo y de aquí, en el costo. Esto me llevó a concluir (por los efectos de este razonamiento), así sale matemáticamente, que los números de la producción son complejos, no reales. Y exigen un ciclo natural (oferta) y otro forzado (demanda). En macro se estudia de otro modo. Pero está mal. Debe hacerse así. No niego que hayan jóvenes que puedan puntualizar mejor estos hechos, pero por ahora es lo mejor que las matemáticas tienen para ofrecernos. Saludos