«Vaya: año nuevo, y Antonio se dedica a hablar bien de los funcionarios«. Sí, claro, si se lo merecen. Y Paul Volcker, que fue Presidente de la Reserva Federal norteamericana hace cuarenta años, fue un buen funcionario. Murió el pasado mes de diciembre, a los 92 años. Y el elogio no se lo dedico yo, sino el New York Times (aquí).
Volcker fue nombrado para ese cargo por el Presidente Carter en agosto de 1979. Estados Unidos estaba en situación de crisis económica: inflación alta (12% anual), colas para llenar el tanque de gasolina del coche, paro creciente… Volcker tenía una idea clara: la culpa de todo era la inflación, provocada por una política monetaria demasiado expansiva y por el miedo a una recesión si cambiaba el sentido de la creación de dinero. Y eso es lo que hizo: subió los tipos de interés, metió al país en una recesión, frenó la carrera de precios contra salarios y salarios contra precios, y preparó el país para la expansión que se alargó en los años siguientes.
Estas acciones no han gustado a todos, pero, me parece, eran necesarias. Pero lo que merece el elogio de todos es la disposición de Volcker a saltarse las reglas de la sabiduría convencional, aunque los costes sean elevados, si esos costes son necesarios. Y también la cultura que Volcker dejó en la Reserva Federal, poniendo en claro sus objetivos y las condiciones de sus decisiones, aunque no coincidiesen con lo que los «expertos» decían y aunque no fuesen del agrado de los políticos.
Pero lo que elogia el New York Times es, sobre todo, la calidad profesional de Volcker. «Era un servidor de los servidores públicos», dice. «Parecía no estar interesado en los adornos de la riqueza y el poder… Despreciaba a menudo los puntos de vista de los banqueros y los políticos. Vivía modestamente, llevaba trajes que le caían mal, fumaba cigarros baratos y vivía en un apartamento pequeño, nada elegante en Washington, mientras su familia seguía en Nueva York».
«Lo que hizo de Volcker una figura tan relevante es que no aceptó la sabiduría convencional de la política pública que había heredado. Quería repensar la política de la Fed basada en lo que pasaba, no en las teorías de los políticos y los economistas atados por la tradición». Por eso he querido dedicarle un recuerdo, en un tiempo en que políticos y funcionarios no tienen el aprecio del público, con razón. El problema hoy no es la inflación. Pero lo que hay que imitar en Volcker no es la medida que tomó, sino su manera de hacer frente a los problemas, los que ahora tenemos.
Hola. Pidiendo disculpas de antemano No se si es lo correcto dentro de la etiqueta y protocolo de la red, pero quiero aprovechar la respuesta al Sr. SArgandoña, llegada desde Andalucía, para pedir una dirección del instituto dedicado a a obra del Sr. Leonardo Polo. Le escuché uas conferencias en la primavera de 1976, en Pamplona. Perdón pero la dirección que ponen no me resulta. De nuevo Muy Feliz Año Nuevo, y Feliz Día de Reyes. (Los ví en 1977 creo. En una cabalgata claro).
Gracias, Juan Eduardo. La dirección oficial es http://www.leonardopolo.net/intro.html
Muchas gracias Don Antonio por comenzarnos el año con un exámen sereno y desapasionado de un servidor público «bueno», es decir, excelente. Para que explicar más las palabras. Ya se sabe lo que intentamos decir desde aquí de la Ciudad de Guatemala. Santiago de los Caballeros de Guatemala de hace unos 500 años. El mundo está verdareamente necesitado de reflexiones como esta acerca del Sr. Volcker, y otros muchos temas.- Tras casi 50 años de hacer Periodismo, hasta ahora, se me ocurrió una de mis últimas burradas, que fue decirle a alguien que La Economía comenzaba a parecerme importante. No recuerdo quién era. Se debe haber reído bastante. Mi siguiente paso fue entender qué significa la palabra Economía. Algo así como el cuidado de la casa. La Casa del Hombre. Por eso me maravilla el IESE.Feliz Año 2020 a todas y todos por ahí.
Coincidentemente profesor, no debe ser por casualidad, he escrito un artículo http://www.leonardopolo.net/intro.html (revista del IEFLP) que tiene que ver con la entropía directiva y ya se ve que Volcker lo hacía por su intuición como buen directivo