Anuncié una serie sobre cómo dirigir una empresa, entendida como comunidad de personas, pero no me resisto a abrir un paréntesis para volver al tema del coronavirus y el miedo que ha provocado. Leí un texto en la web de CinemaNet (aquí) tomado de C.S. Lewis y escrito en 1948, cuando la gente se aterrorizaba pensando en la amenaza de la bomba atómica («On Living in an Atomic Age» (1948), en Present Concerns: Journalistic Essays). Copio:
«En cierto sentido nos preocupamos demasiado por la bomba atómica. “¿Cómo vamos a vivir en la era nuclear?” Siento la tentación de responder: “Pues como hubieras hecho en el siglo XVI cuando la peste visitaba Londres casi cada año, o como hubieras vivido en la época de los vikingos cuando saqueadores escandinavos te podían degollar cualquier noche; o, de hecho, tal y como haces ahora en la era del cáncer, de la sífilis, de los ataques aéreos o de los accidentes ferroviarios o de tráfico.
En otras palabras, para empezar, no exageremos la novedad de nuestra situación. Créanme, estimadas damas y caballeros, ustedes y todos aquellos a quienes aman ya fueron sentenciados a muerte antes de la invención de la bomba atómica: y un porcentaje significativamente alto de nosotros moriremos de un modo poco agradable. Es verdad que tenemos una gran ventaja respecto a nuestros ancestros, la anestesia, pero seguimos sujetos a lo anterior. Es completamente ridículo lamentarse y dibujar caras largas porque los científicos hayan añadido una más a las posibilidades para una muerte dolorosa y prematura en un mundo que ya nos ofrecía suficientes problemas similares y en el que la muerte misma no es una posibilidad, sino una certeza.
Este es el primer punto para tener en cuenta: y la primera resolución que debemos tomar es mantenernos unidos. Si todos vamos a ser arrasados por una bomba atómica, que sea realizando acciones humanas dignas de nuestra condición: rezar, trabajar, leer, escuchar música, bañar a los niños, jugar al tenis, conversar con amigos en torno a una pinta y un juego de dardos, y no arrinconados como ovejas asustadas y hablando de bombas. Puede que ataquen nuestros cuerpos (un microbio puede hacerlo), pero no dejemos que dominen nuestras almas»
La peor manera de vivir es vivir con miedo.
Esperemos que pase pronto esta situación, y aprendamos algo de ella. Por que sino nada habrá valido la pena.
Un saludo cordial
thanks for the information, covid is not stronger than us, we will beat this virus and see more beautiful days thanks for the article
Muy buena reflexión Antonio. Ahora más que nunca toca estar unidos contra lo que venga, porque la incertidumbre puede atorarnos pero no debe nunca vencernos.
Otra de las acertadas acciones humanas dignas de nuestra condición humana que menciona Mr. Lewis, sería poner todos nuestros recursos humanos, financieros y científicos para erradicar cualquier tipo de enfermedad que no sólo aparezca sobre nuestras cabezas sino también las endémicas y olvidadas en cualquier parte del mundo que nadie presta atención por no ser negocio atenderlas. No estamos arrinconados como ovejas asustadas pero mientras no tengamos empatía por el sufrimiento de TODOS nuestros semejantes y aportemos todos nuestros recursos posibles para aliviar sus necesidades, sí que estaremos arrinconados como personas.
Il est nécessaire que lorsque nous pensons à la reconstruction de notre économie et du système social, une fois que nous avons la solution de la covid 19, nous ne la réalisions pas de la même manière afin d’avoir des résultats identiques, un système fragile face aux risques qui nous menacent, incorrect dans sa méthodologie d’évaluation et de gestion des risques, peu sûr dans les fournitures dont nous avons besoin et peu résistant en raison du manque de préparation personnelle et sociale.
Don Antonio:
Gran reflexión en torno a estos dos grandes de la literatura.
Me parece que hay dos errores: Bilbo era un hobbit, no un elfo; y el anillo lo llevó Frodo, no Bilbo.
Gracias, Gastón. No se puede escribir «de oídas».
Estimado Antonio, Cuando hablamos de un Reino de vida, considero que quieres decir que garantizemos la vida de las personas desde el nacimiento hasta su vejez. Un número importante de personas ya trabajan por ello, incluso hasta perder su vida, por curar a los demás.
Pero hacemos muy poco por la prevención, un claro ejemplos nuestras Universidades Investigan muy poco garantizar el «Reino de Vida», salvo alguna excepción, por lo general no trabajan los sistema de autoprotección o lo haces sin más.
Es necesario que al pensar en la reconstrucción de nuestra economía y del sistema social, una vez tengamos la solución frente al covid 19, no la realicemos de la misma forma para tener idénticos resultados, un sistema frágil ante los riesgos que nos amenazan, incorrecto en su metodología de evaluación y gestión de riesgos, inseguro en los suministros que necesitamos y poco resiliente por la falta de preparación personal y social.
Gracias, Santiago, buena aportación.
Muchas gracias Antonio, por sus enseñanzas