Mañana es un día grande, de modo que aprovecho para desear a todos mis lectores una muy feliz Navidad. De verdad. No perdáis la oportunidad de pararos a pensar, aunque solo sea unos minutos, todas las cosas importantes que nos trae este día, desde el mensaje de un Dios que se hace Hombre para compartir nuestra vida y ofrecernos la suya, hasta la oportunidad de estar más cerca de los nuestros, y la de hacer algo más por los demás.
Releía hace unos días un artículo de la revista Nuevas Tendencias del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, escrito por Alejandro Navas (aquí), sobre «La confianza como base del gobierno en la empresa». Menciona algunas de las «dimensiones emergentes» de la tarea directiva (comunicación, reputación, innovación, gestión del talento, conciliación…) y acaba mencionando la confianza. Claro que no es una dimensión emergente, sino permanente. Lo que pasa es que ahora la hemos descubierto los teóricos, pero cualquier empresario de hace un siglo sabía la importancia que la confianza tiene en la gestión de las empresas.
El profesor Navas recoge algunas de las ventajas funcionales de la confianza:
- Velocidad, especialmente importante en estos tiempos. Si te entiendes con tus subordinados, todo es más rápido.
- Ahorro de tiempo, trabajo y dinero, lo que los economistas llamamos costes de transacción, «poder prescindir de los sistemas de control y supervisión».
- Productividad, posible cuando hay un clima de confianza entre jefes y empleados.
- Innovación y creatividad. No hay miedo a innovar, a equivocarse, no hay que justificarse continuamente…
- Eficiencia en el control y en la regulación. «La confianza resulta mucho más eficaz que el poder y el dinero, los tradicionales medios de control».
- Creación de vínculos profundos y duraderos con los stakeholders, o sea, fidelización de empleados, clientes y otros colaboradores.
Pero la pregunta relevante es: ¿cómo se genera la confianza? Seguiremos otro día…
La confianza es una variable implícita, oculta y de enorme valor. Las empresas que saben construirla, desarrollarla y sostenerla aumentan la productividad, mejoran el clima laboral, y fomentan la colaboración. Por no hablar de la reducción en costos de control, el ahorro en asignación de recursos y la menor rotación de personal que logran las organizaciones con mayores niveles de confianza.
Feliz Navidad a ti Antonio y a todos tus lectores. Espero que el próximo sea mejor que este que ya termina y por supuesto seguiré leyendo tan amenamente tu blog.
Polo decía que la virtud reúne porque en realidad es una sola virtud, pero con diversos matices. Y es muy necesaria. FELIZ NAVIDAD Antonio! Saludos latinoamerincaicos
Antonio, mientras piensas como generar confianza entre los gobiernos y sus pueblos, entre empresarios y trabajadores, entre sacerdotes y fieles, te deseo una feliz, tranquila y Santa Navidad confiado en la palabra del Señor:no temas, yo estoy siempre contigo! Abrazo navideño!