Sobre la función social y el trabajo en el hogar

Como dije hace unos días, el pasado 21 de enero participé en la presentación del libro «People, Care and Work in the Home», invitado por la Home Renaissance Foundation de Londres. Os cuento aquí algunas cosas que salieron en mi presentación.

El hogar es una institución multi-propósito, con muchas funciones: reproducción, nutrición, aprendizaje, socialización , producción de bienes y servicios, cuidado de los niños, los enfermos y los mayores, provisión de seguridad… Es restaurante, hotel, escuela, hospital, lugar de recreo… Y los miembros del hogar deben estar dispuestos a llevar a cabo muchas actividades distintas a lo largo del tiempo, e incluso dentro de un mismo día. Sobre todo, el hogar es un lugar donde se aprende a vivir. 

El trabajo en el hogar es una acción colectiva, compartida o conjunta, una forma de interacción en la que las personas coordinan sus acciones para la consecución de un propósito que todos comparten, aunque sea por motivos distintos. Ese tipo de acciones lleva consigo interdependencia y la necesidad de cooperar y coordinar las acciones.

En este tipo de acciones hay muchos supuestos implícitos. Puse el ejemplo de contar con los niños para preparar la mesa. Si el objetivo es tener una mesa bien ordenada, la ayuda de los niños no parece lo más adecuado. Sin embargo, ahí está implícito el objetivo de enseñar a los niños a hacer cosas útiles para los demás, y esto bien justifica el riesgo de que un plato acabe roto.

El hogar no es un mercado en el que estamos todo el día comparando lo que doy y lo que recibo. Algunas de las transferencias en el hogar tienen lugar en momentos de tiempo muy separados, de modo que no se pueden compensar los servicios recibidos y dados, no hay reciprocidad directa, y hay muchas formas de compensación no planificada: los bienes materiales pueden distribuirse (me han regalado un pastel y lo compartimos entre todos en casa), y los bienes espirituales pueden compartirse (me han contado un chiste muy bueno y lo cuento al llegar a casa).

En el hogar muchas relaciones son entre personas no autónomas, sobre todo niños, enfermos y mayores. A menudo, las personas autónomas están al servicio de las vulnerables.

3 thoughts on “Sobre la función social y el trabajo en el hogar

  1. A mi lo que me hizo darle mas importancia al hogar ha sido la pandemia que estamos viviendo actualmente en México; estoy empezando a darle valor a cosas que antes las tenía delante y no les daba importancia.

  2. El verdadero HOGAR no tiene más que una razón de ser y una función fundamental: el AMOR entre sus componentes, con todo lo que implica de respeto, crecimiento y entrega mutua.
    Todas las demás funciones «operativas», vienen por añadidura, incluido poner la mesa con alegría y romper el correspondiente plato en el intento.
    Saludos

  3. Creo que tu presentación fue innovadoramente futurista. Tu entrada de hoy me recordó a Polo cuando decía: «La unidad del código genético se puede entender así […] cada célula es una parte de la unidad del código genético […] la función uni-multiplicadora es diferencial, y da lugar al crecimiento orgánico. El órgano más complejo es el sistema nervioso central, el cual también se puede entender como el órgano en el cual el sobrante formal es mayor y donde culmina el esbozo de la presencia que es la sincronización. La repercusión del alma en el cuerpo […] es algo así como un conato de vencer el retraso […] la esencialización del cuerpo, lo saca del retraso al ponerlo en conexión con la presencia […] el cuerpo humano es físico, sólo hasta cierto punto, es decir, deja de depender de la causa final del universo…». Es decir, que cada hogar sincroniza lo físico-corporal de modo que busca el futuro con su conocer personal. Eso es lo que siempre te digo, que estamos sincronizados entre nosotros pero usamos herramientas fijas, simplificando su matemática subyacente y así nos hacemos menos humanos

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