Mi colega Alfredo Pastor nos dedicó hace unos días en el IESE una magnífica sesión sobre «La revolución digital y el futuro del trabajo». De entre las cosas que dijo, todas muy interesantes, me quedé para comentar aquí con una idea. A partir de la tesis de Levy y Murnane (2005) de que hay tareas cognitivas y tareas repetitivas, y que las nuevas tecnologías pueden ser complementarias o sustitutivas de las personas, se deduce que la sustitución del hombre por la máquina se llevará a cabo, sobre todo, en las tareas repetitivas. Algo ya conocido. Pero comentó que hay un factor entre otros que influirá en esa sustitución: las capacidades de la persona. Porque no se puede dar por supuesto que la máquina sea capaz de hacer todo lo que hace la persona, mejor, en menos tiempo y más barato.
Al llegar aquí, Pastor explicó la paradoja de Polanyi: «usted sabe más de lo que puede explicar». Hay cualidades que son específicamente humanas, y que la máquina nunca estará en condiciones de sustituir, y que no podemos enseñar, porque, a menudo, ni siquiera sabemos que las tenemos. Aquellas tareas no rutinarias, cognitivas, menos vulnerables a las nuevas tecnologías, requieren no solo habilidades técnicas, sino capacidades, soft skills, específicamente humanas, desde la curiosidad y la capacidad para afrontar situaciones nuevas hasta la capacidad de interacción y la de liderazgo.
Y esas capacidades no se adquieren mediante los medios tradicionales de formación, sino, a menudo, por prueba y error en el puesto de trabajo. Si uno se queda en el paro, se le puede reciclar en conocimientos, pero no, o no fácilmente, esos soft skills. Tampoco requieren un elevado nivel de educación, en la universidad. Esto puede explicar que haya mucha gente ahora que no quiere tener un puesto de trabajo fijo, un «empleo» de ocho horas diarias, sino trabajar hoy aquí y mañana allá, hoy haciendo una cosa y mañana haciendo otra, como free lance…
Después de oír a Alfredo Pastor, leí las declaraciones de un experto que proponía que las buenas empresas socialmente responsables debían ofrecer puestos de trabajo sólidos, con expectativas de futuro, buenos salarios y programas de formación para la actualización… Y me preguntaba si estos puestos de trabajo serán abundantes en el futuro, cuando las nuevas tecnologías hagan obsoleta la formación tradicional, y cambien la manera de aprender que necesitaremos tener…
Muy buena reflexión la suya, don Antonio. Como estudiante que acaba de terminar sus estudios y que tiene dificultades para entrar en el actual mercado laboral me siento reflejado con lo que expone: el modelo de enseñanza no se adecua a las exigencias del actual mercado de trabajo, que está en constante evolución tecnológica y digital.
Por tanto, considero que ese trabajo «fijo» del que habla, estará en declive en próximos años, siendo residual en nuestra sociedad.
Saludos.
Impresionante tema Antonio. Lástima no haberlo visto antes porque en Perú estamos en la lucha de una sociedad que piensa a otra que se dedica a robar, a robar … y … a robar. Que creen que se pueden apoderar de las coimisiones de las compras militares con fraude … robo de votos … porque es fácil cuando las ratas abundan en los desagües. Pero los desagües no manejan el cerebro, sino otra cosa que es en lo que abundan estas ratas. Sigo otro día porque voy por el folidol