«¿Qué es lo más importante en el día a día de un directivo?», me preguntó mi colega Nuria Mas en una sesión del Advanced Learning Program del IESE, el pasado 29 de octubre. Tuve que pensarlo un momento, y le contesté que nos lo explican en los Programas del IESE el primer día: cómo se toman decisiones. Y enumeré las etapas.
- Definición del problema (algo que hay que mejorar) o de la oportunidad (algo que puede ser mejor de lo que tenemos). Puede ser de ámbito económico, de relaciones entre personas, de imagen exterior…
- Enunciado de alternativas: las distintas maneras de solucionar el problema. Posibles, claro, aunque no necesariamente fáciles. Cuantas más, mejor, porque nos darán más oportunidades de mejora y de aprendizaje.
- Enunciado de los criterios para elegir la alternativa mejor. Criterios económicos, claro, pero también de relaciones entre personas, de mejora de la confianza en la organización, de impacto exterior, de aprendizajes (lo que nos lleve a ser mejores directivos, mejores empleados y mejores personas)…
- Decisión, es decir, elección de la alternativa mejor, de acuerdo con los criterios establecidos. No tiene por qué ser la más rentable, ni la más agradable, ni la más brillante, ni la más cómoda… La mejor. Aquí actúa de lleno la virtud de la prudencia.
- Aplicación de la decisión. Con valentía y esfuerzo. Irán apareciendo nuevos problemas y nuevas oportunidades: revisar, sobre la marcha, el proceso anterior.
- Extracción de conclusiones, sobre los resultados de todo tipo: económicos, de relaciones, de prestigio, de creación de oportunidades, de lo que hemos aprendido…
La ética estará presente en todas las etapas, pero especialmente en el establecimiento de criterios de decisión, en la valoración de las alternativas, en la decisión y en la ejecución.
Cool information.
Muy bien explicado Antonio. Preciso e ideal para memorizar y actuar en consecuencia.
Estimado Santiago.
Tal y como señala en su frase final el estimado Sr. Argandoña, ese «ideal» debe estar regido por la ética en todos sus ámbitos, ya que de otro modo faltarían pilares fundamentales que sustenten ese ideal. Un ideal por sí mismo no es un buen referente si no es ético.
Siendo perfeccionistas, deberíamos aspirar a una ética 3.0, tal y como explicó el Profesor en: https://blog.iese.edu/antonioargandona/2020/11/14/el-paralelismo-entre-etica-y-responsabilidad-social/
si me permiten, lo deseable es que dicha ética vaya asociada a una responsabilidad social 3.0.
Ni que decir tiene que esa ética debe estar presente en todos los niveles, siendo fundamental que la dirección de la empresa sea un ejemplo y lidere ese camino.
Toda decisión tiene una dimensión ética, más aún en aquellas en las que el valor humano es esencial para su funcionamiento; por ejemplo, en las empresas de servicios.
Estimado Antonio, creo que lo más importante bajo mi punto de vista, es tener un «ideal», el día a dia de la empresa es muy diversos y cosas simples, pueden pasar a ser complejas. Es el ideal, que invita a seguir, a sacar el ingenio y asumir la responsabilidad voluntariamente adquirida.
Completamente de acuerdo Augusto, queria hacer referencia a un ideal ético, en nuestro caso construir un mundo mejor, más seguro.
Muchas gracias