Leí hace un tiempo un artículo en El Imparcial (18 de agosto de 2021), titulado «Proyecto Weltethos», escrito por José María Méndez. Me gustó. Comentaba el Proyecto de una Ética Mundial impulsado por Hans Küng, un intento de una ética en la que todo el mundo estuviese de acuerdo, sea cual sea su filosofía de la vida y su religión. El Proyecto se concreta en dos principios (La Regla de Oro: «no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti», y «trata a los demás como personas, y no como cosas») y cuatro valores materiales: veracidad, justicia, compañerismo y voluntad de paz.
José María Méndez comenta el método seguido por el equipo de Weltethos, la ética dialógica o procedimental, que llega a la conclusión de que el consenso crea el deber ser. Méndez critica ese método, señalando que, por ejemplo, no incluye al cuidado del medio ambiente, porque este no era una preocupación generalizada cuando el Proyecto Weltethos llevó a cabo sus estudios. Pero su argumento es más amplio: que algo sea no implica que algo deba ser.
José María Méndez señala que el consenso mundial no basta para crear un principio ético, que muchos verán más como una presión social. Los principios éticos vienen de la conciencia, que «empuja» desde dentro, no desde fuera: todos estamos de acuerdo sobre esos principios porque todos los sentimos dentro de nuestra conciencia, desde más arriba, desde Dios. Aplicado al respeto a la naturaleza, señala que siempre ha existido como valor, pero hace unas décadas no se reconocía como tal, de modo que ni siquiera se hablaba de él, ni de sus transgresiones. «El valor es definido como lo que debe ser, sea o no sea».
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Muy interesante este Proyecto de José María Méndez y sus conclusiones Profesor.
Gracias por compartirlo.