La idea se la debo a Roger Scruton, un conocido conservador británico fallecido hace unos meses. No hay que creerse las utopías futuras esperadas o las edades de oro pasadas. Siempre habrá fallos, desastres, injusticias, problemas… Pero esta visión, que podemos llamar pesimista, es, de hecho, optimista, porque nos pone siempre ante la oportunidad de hacer algo bueno. No va a ser la solución de todos los males del mundo, pero será algo bueno, que servirá, poco o mucho, a algunas personas. Y por ahí se empieza.
Se trata de una opción personal, individual, no colectiva, que no depende de la cultura dominante y que cada uno puede tomar por sí mismo, y que si no lo hace él, nadie más lo hará por él: esa parte de bondad quedará sin hacerse. No es la tarea del político, sino del educador y, en definitiva, del ciudadano ordinario, «de la gente normal que ama el lugar en el que se encuentra y que quiere mejorarlo». Se trata de cada uno diga la verdad, viva bien en su tiempo y en su lugar y haga lo que pueda para reparar el trozo de sociedad en que vivimos.
Scruton no minimizaba los problemas de las ideologías modernas y los peligros que sup0nen, reconocía que tienen fallos importantes, que debemos conocer, pero que no satisfacen las necesidades y las esperanzas humanas profundas. Como decía Antonio Machado, «despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien importa más que el hacerlas». Realismo y optimismo.
En la adversidad hay que encontrar la oportunidad. No estemos con Papá estado, qué podemos hacer cada uno por la sociedad, la empresa, los compañeros, nuestra Comunidad….
Aprender a sobrevivir en una economía de guerra y no hablo sólo de Ucrania, hay más conflictos por desgracia, que no sabemos o no queremos ver. Solo se habla del Estado del Bienestar…pero qué es eso en realidad ?
Ya lo dijo Lenin: “ Hay décadas en las que no pasa nada y hay semanas en las que pasan décadas”
Y de todo se aprende.
Gracias Profesor, estupendo artículo.