No todo vale en la empresa (I)

La empresa forma parte de la sociedad, de modo que muchas de las cosas buenas y no tan buenas que vemos en nuestro entorno se encuentran también en el mundo de los negocios. Por ejemplo, la mentira, una falsedad en el hablar o en el obrar con intención de engañar, es decir, de inducir a error a alguien que tendría derecho a conocer la verdad. La gravedad de la mentira dependerá de la naturaleza de la verdad falseada, de las circunstancias, de la intención y el daño que hace el que miente.

Lamentablemente, en el mundo de los negocios es frecuente el argumento de «todo vale», acompañado a veces de la afirmación de que «si es el otro es tan tonto que se lo cree, peor para él». Y en la dirección de empresas se miente con frecuencia. Y, en consecuencia, es frecuente que la otra parte reaccione de la misma manera. Esto ocurre en la publicidad, en la letra pequeña de los contratos, en las negociaciones, en las compras y en las ventas, en la declaración de los impuestos, en la memoria de la entidad y en muchas otras ocasiones.

Mentir supone causar un daño a otro. Y el resultado de la mentira es, de una u otra manera, la pérdida de confianza, que dificulta la misma marcha de los negocios y que aumenta los costes, al intentar defenderse de las mentiras de los demás.

Otra cosa frecuente en el mundo de las empresas es el actuar contra la reputación de las personas. A veces se hacen juicios temerarios, al afirmar de modo más o menos directo defectos de otras personas sin suficiente fundamento, cuando lo deseable sería, en lo posible, interpretar de forma positiva actuaciones de otras personas. De nuevo esto dificulta la confianza en la empresa, y esto es malo para todos.

One thought on “No todo vale en la empresa (I)

  1. Creo que muchas de esas prácticas se dan más en grandes empresas más que en pequeñas empresas, pero de todas formas, muy de acuerdo con la reflexión.
    Saludos

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