El futuro del trabajo es un tema que me viene interesando desde hace tiempo. Hace unos días cayó en mis manos un breve documento de la Fundación Ergon (Ergon_Opina, 16.6.23) sobre este tema. Los elementos que, según el autor de ese documento, configuran ese trabajo del futuro son: 1) La profesionalización de toda la actividad laboral, que afectará a todas las tareas; 2) La consolidación de la dualidad en las condiciones laborales, es decir, un grupo de personas que desempeñarán tareas de muy bajo valor añadido y otro grupo de alta cualificación; 3) La necesidad de la actualización constante de los conocimientos y las competencias, para no quedar desfasados ante los posibles cambios, y 4) El reto individual respecto a la asunción del control de la evolución de la carrera profesional por parte de cada persona.
Buena parte de esos cambios afectarán a los sistemas educativos, mediante algunas formas (muchas, probablemente, y muy distintas) de formación continua. Pero me parece que aquí hay que considerar la responsabilidad de los propios interesados y de las empresas en que van a trabajar. La de los primeros, los propios trabajadores, está clara: tendrán que mantener el interés en aquella formación continua, a lo largo de toda la vida laboral, lo cual no es fácil. No me cuesta imaginar que un profesional de cierto nivel vuelva a las aulas una y otra vez, como muchos hacen en las escuelas de dirección. Pero veo mucho más difícil que lo haga una persona de baja cualificación, entre otras cosas porque será muy difícil precisar qué tipo de recualificación de conocimientos, capacidades y actitudes necesitará y, por tanto, cómo podrá conseguirla. Los centros educativos y los gobiernos tendrán aquí una tarea pero, me parece, limitada, sobre todo estos últimos, porque no tendrán ese conocimiento próximo del trabajador, de las necesidades de su puesto de trabajo y de los condicionantes de su recualificación.
Y esto me lleva al otro responsable en ese proceso, la empresa. A menudo es fácil prescindir de personas que no tienen las condiciones necesarias para hacer frente a los retos laborales inmediatos. Pero si alguien puede conocer al trabajador (puede, aunque a veces no lo conozca suficientemente), a su puesto de trabajo y a las condiciones que debe reunir en un futuro próximo es la propia empresa, al menos si esta es grande y dispone de buenos medios. Tendremos que profundizar en esta responsabilidad.
Estimado Antonio, creo que hay que diferenciar entre el futuro del trabajo y el futuro del empleo. Seguimos con mucho trabajo y poco empleo, lo que ocasiona graves problemas, nuestros montes se queman, las inundaciones ocasionan importantes daños, los cultivos y ganadería intensivas degradan los suelos y la biodiversidad, miles de personas viven en soledad no desea y algunos morirán en soledad…, ¿Qué hacemos, además de vivir en la comodidad?