Mucho autores proponen que se considere el amor como una virtud importantísima en la empresa, y estoy de acuerdo con ellos. Pero otros muchos pasan de largo sobre este tema -señal de que no les parece tan importante- o incluso lo niegan: lo que hace falta en la empresa, dicen, es mano dura, criterios técnicos sólidos y ganar dinero.
Para entender por qué es importante el amor, me parece que hay que entender dos cosas. Primero, qué es el amor. No es una emoción, o mejor, es una emoción y algo más. Es una virtud, una capacidad más o menos consolidada de actuar de la persona que quiere lo mejor para aquel o aquella a quien quiere, que puede ser él mismo, una persona próxima a él. un conjunto de personas… hasta llegar a todo el mundo.
Esto nos lleva a la segunda cosa relevante. El amor, como toda virtud, admite más y menos: puedo querer con locura a una persona, o quererle bastante, o quererle un poco, o no quererle, e incluso odiarle. O sea, puedo querer todo, absolutamente todo lo que contribuya a hacer feliz a la persona querida, o muchas cosas, o unas cuantas cosas relevantes, o nada de lo que sea bueno, o puede querer todos los males para él o para ella.
El amor en la empresa se entiende cuando quiero el bien para otra u otras personas: que disfruten de su trabajo, que tengan ingresos suficientes, que gocen de los bienes o servicios de la empresa, que aprendan cosas útiles, que se sepan queridas, aceptadas y ayudadas… siendo esas personas los propietarios, directivos, empleados, futuros directivos y empleados, cliente y futuros clientes, proveedores, distribuidores… vecinos, conocidos, conciudadanos… Todo eso en mayor o menor cantidad o intensidad. Pero quiero lo mejor, siempre que pueda dárselo. Cuando lo entiendo así, puedo afirmar que el amor es una virtud importante en mi empresa. Y de ella dependen muchas más: paciencia, agradecimiento, justicia, simpatía, empatía, perdón, respeto, confianza, tolerancia, fidelidad… O mejor, al ejercer esas virtudes, estoy poniendo en práctica el amor.
Por eso, quizás es bueno no empezar proponiendo el amor como motor de virtudes en la empresa, sino poner por delante metas concretas en paciencia, perdón, justicia, respeto… hasta que descubramos que lo que estamos haciendo es amar a los demás.
Siguiendo a JAPL to sintetizo 3 amores: extrínseco, intrínseco y trascendente. Y siguiendo a Polo agregaría el trascendente o personal. Hay otro que se debe descubrir en esta vida y que salta hasta después de la muerte. Pero de eso seguiremos hablando cuando se pueda