Vuelvo sobre un artículo de Alan Palmiter acerca de cómo conseguir que una empresa sea sostenible o socialmente responsable. Ya explicamos su escepticismo, basado en la regla financiera de que las empresas valen lo que sus rendimientos financieros futuros suponen en el actualidad, debidamente descontados, lo que le lleva a la indiferencia por el futuro. Porque, cuando se señala a la empresa que su conducta actual tiene unos costes que se manifestarán en el futuro, la reacción lógica de la empresa es «este no es mi problema».
Palmiter señala que las empresas (al menos muchas de ellas) están hoy creadas bajo el supuesto (falso, claro) de que actúan bastante aisladas de la sociedad, en el que sus recursos humanos son factores de la producción reemplazables y los recursos disponibles ilimitados, al menos durante un tiempo. Eso significa que la empresa es una «máquina de crear externalizaciones«, ignorando los daños medioambientales y sociales que puede crear. Y la causa, según Palmiter, es la ignorancia de cómo las actuaciones de nuestras empresas están desconectadas de los demás.
La solución que hemos encontrado es, dice Palmiter, la ESG, es decir, las dimensiones medioambientales, sociales y de gobernanza, que se solucionan mediante incentivos económicos y con más tecnología. Pero esto deja intacta nuestra indiferencia hacia el futuro. Una empresa sostenible debe ser, pues, una empresa que siempre es consciente de las consecuencias de sus acciones sobre los demás y de la responsabilidad que esto lleva consigo.
Lo que está dejando escuela negativa es lo que en Perú llamamos coima. Los últimos 5 presidentes y la actual están actuando ilegal y descaradamente. Y el ciudadano de a pie también, porque los fiscales son «amistosos». Todas las teorías de gobierno que aprendí en el IESE son cualitativas y por eso siempre te insistí que la cuantificación debe actualizarse. El valor actual es una opción obsoleta, aunque Pablo Fernández haya hecho mucho al respecto y sea muy útil, incluso en mi nuevo modo de fiscalizar. Los ciclos generan una cuantificación que contempla el futuro como costo-beneficio y repito lo de mi comentario anterior: a una tasa de 1% mensual, (tu web page no me deja poner gráficos, pero puede hacerlo cualquier matemático) y suponiendo un ciclo senoidal típico y estándar (que no es nunca así, pero sirve de modelo) compara el costo (inversión) de medio ciclo (año) negativo con el beneficio de la parte positiva (medio año) y el valor actual es negativo siempre. Ése es el problema. Si ahora comparas con otros tasa de interés de 2, 3 … 8% mensuales el primer caso termina siendo el mejor. ¿O sea que ganar menos es mejor? tampoco. Depende del ancho de banda es decir de las ordenadas en el gráfico y las estacionalidades respectivas. Así se deben controlar las empresas ineficientes