Hace unos días pregunté a una colega investigadora en el IESE, Julia Gifra, por qué cantaba en un coro. Me respondió enviándome un video (aquí) con una breve entrevista a un compositor y director de coros, John Rutter, que explica lo que puede aportar el canto coral en nuestra vida. Me hizo pensar, por tres razones.
La primera, es el sentido de colaborar, de unir esfuerzos con otros, para conseguir algo en común que, como dice Rutter, es más que la suma de las partes. En las empresas necesitamos también estar de acuerdo, actuar concertadamente, para conseguir esos resultados que todos queremos, aunque por motivos distintos, que constituyen el propósito de la organización.
La segunda razón es que el canto es una forma de expresión de uno mismo, que produce armonía en las personas. Y necesitamos, dice Rutter, esa armonía, para nosotros mismos (porque, dice, estamos a menudo en conflicto con nosotros mismos) y para los demás.
Y, en tercer lugar, porque sirve para poner orden en nuestra vida. Al final de un día de trabajo intenso y tensiones, un rato para cantar nos aleja de los problemas y nos devuelve la serenidad.
Agradecí a Julia el video, pero no pienso ponerme a cantar: me parece que no sirvo para eso, desde que, a los 12 años, cambiando la voz, el director de la escolanía de mi colegio me dijo tajantemente: ¡Cállate!, un día en que, con más ánimo que acierto, debí gritar más de la cuenta.
Pero el consejo sigue siendo bueno. No sé si todos deberíamos cantar en un coro, pero sí sé que todos necesitamos esa actividad social de hacer cosas con los otros, a menudo cosas que no parecen ser útiles, como es cantar en un coro. Que todos debemos aprender a trabajar con los demás, sin protagonismos como el que yo tuve en su día, acomodando la acción propia a la de los demás, por el simple placer de que de ahí salga algo bueno, aunque no parezca útil -que lo es.
O sea que… aconsejo a mis lectores que se preocupen de encontrar «su» coro, o una actividad parecida.
El silencio a veces otorga la comunión con el resto de personas; saber escuchar y comprender muy complicado
Estimado Antonio, bonito post con el ejemplo del coro. Pero hay muchos otros asuntos que requieren de esa unión de personas y de un buen director capaz de sumar los conocimiento y dirigir los esfuerzo hacia un fin. Un claro ejemplo es la empresa, pero también otros temas sociales en los que deberíamos implicarnos más; la seguridad vial, la reducción del riesgo de desastres, la pobreza….
Saludos cordiales,
Saber callar es una difícil forma de sincronizarse con los demás profesor. Difícil, porque requiere mucho auto-dominio, que es al final, la libertad personal.