La responsabilidad social en un mundo digitalizado

¿Qué impacto tiene la digitalización sobre la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE)?, se preguntan N. Craig Smith y Leena Lankoski en un reciente número de INSEAD Knowledge. Y señalan tres ámbitos: el cambio puede estar en de qué es responsable la empresa, ante quién y quién es responsable. En efecto,

  • Pueden aparecer nuevas responsabilidades, como temas de privacidad y autonomía del consumidor, la pérdida de empleos por la robotización, las condiciones de trabajo en una economía por encargo (que es la traducción que me parece más adecuada de la «gig economy» anglosajona)lo que los autores llaman «taylorismo con esteroides», o la transparencia en el funcionamiento de la inteligencia artificial (AI).
  • Puede cambiar la respuesta a ante quién es responsable la empresa: puede afectar a la relevancia e importancia de los stakeholders, por ejemplo en la economía colaborativa (sharing economy): ¿cómo afecta, por ejemplo, Airbnb a los vecinos, a los hoteles competidores o a los gobiernos locales? No se puede ocultar la responsabilidad de los que forman parte de una plataforma.
  • Y afecta también a quién es responsable, cuando las decisiones las toman máquinas sin participación directa de seres humanos. En definitiva, la empresa no puede ocultar sus responsabilidades con la excusa de que es la máquina la que toma las decisiones…

«Nada nuevo», me dirá el lector. Es verdad: si la RSE es la responsabilidad de la empresa por sus impactos en la sociedad, un cambio tecnológico afectará de varias maneras a esa responsabilidad. La conclusión más inmediata de todo lo anterior es que no es suficiente tener un listado de stakeholders e impactos, sino que han de revisarse ante las nuevas circunstancias. El diálogo con los stakeholders irá cambiando, impulsado por el cambio tecnológico, y las repuestas cambiarán también.

3 thoughts on “La responsabilidad social en un mundo digitalizado

  1. Excelente publicación, Creo ahora mas que nunca tener en cuenta la responsabilidad y la privacidad en el entorno digital, ya que no podemos hecha la culpa a las maquinas , si somos nosotros los hemos creado a ellos. Las empresas debe ser consientes de que no debemos dejar estos temas a la deriva, en esta época moderna también debemos mejorar nuestros análisis ante un tema delicado.

    Gracias por compartir, Prof. Antonio Argandoña.

    Bendiciones.

  2. Muy interesante post. Justamente en el último I-Wil tuvimos la presencia de María Montenegro quien nos mencionaba la importancia de tener una antropología digital, es decir, que por más aumento de la Inteligencia Artificial y Big Data, si no hay humanos que gestionen sistemas complejos como la humanidad en si misma, no servirá de nada porque estamos muy lejos de tener máquinas conscientes de los impactos que generan en la sociedad. Ella denominaba Golems a ese tipo de tecnologías que no miden sus impactos, ni cambian sus dinámicas en función al feedback que reciban. Será necesario entonces aplicar una antropología digital con pensamiento sistémico, que es el que está más frecuentemente en las mujeres.
    Muy apropiado para la época. Muchísimas gracias por compartir este post!

  3. Creo que lo mejor es ponerse en el caso extremo, como economistas, y estudiar qué pasaría si la nube supiera todo de uno. Lo que no puede es leerte el pensamiento. Pero puede sugerirte intenciones según tus hábitos y costumbres. La RSE se vuelve exclusivamente tuya. Tú eres el único responsable de lo que pase. De lo que hagas o no. Y eso es voluntario. Pero hay que pensar antes y no dejar que la nube piense por ti, aunque puedes pedir sugerencias. En Filosofía y Economía, en el capítulo que Polo habla de las redes y nodos, dice bien claro que el capital es justamente ahorro de tiempo. Y eso se llama virtud. No hay otra. Ya comentaré algo del orden-desorden que estoy en eso la próxima vez. Pero gracias por tus entradas de alto vuelo, como siempre

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