Todo líder ha de saber gobernarse a sí mismo antes de poder liderar a los demás. Así de claro lo explica mi buen amigo Cosimo Chiesa en su último libro, titulado Liderándome para liderar. Podéis leer un buen resumen en IESE Insight.
La obra desgrana 25 claves de liderazgo para que toda persona pueda tomar las riendas de su carrera profesional. El libro se centra en liderazgo en sentido amplio, aunque todas las enseñanzas se pueden aplicar a la empresa familiar. Me parece especialmente interesante que se sitúe el autoconocimiento como punto de partida para llegar a ser un buen líder. No cesaremos de insistir en este tema como ya lo hicimos al hablar de la incorporación de las siguientes generaciones a la empresa familiar: lo primero es conocerse a uno mismo.
Como explica el profesor Chiesa, el primer paso es identificar lo que da sentido a nuestras vidas: nuestra misión, lo que nos hace felices. Esta misión ha de apoyarse en nuestros valores, que son “la brújula que te indica el rumbo a seguir», en palabras del autor. Definir la misión es un ejercicio de autoconocimiento personal e intransferible, aunque el libro propone ejercicios prácticos para guiar ese proceso. Hace algunas semanas, os daba aquí en el blog algunas ideas útiles para los miembros de la familia que estén buscando su vocación que quizás pueda venir bien refrescarlas.
Conocerse y saberse gestionar es requisito indispensable para sentirse bien con uno mismo, alcanzar el bienestar y lograr encontrar nuestro sitio en la vida y en la empresa familiar. ¡Qué importante es que cada miembro de la familia sea capaz de identificar cuál es su rol en la empresa! Solo así podrá aportar valor y se evitarán frustraciones.
El profesor Chiesa hace referencia a la necesidad de saber gestionar el tiempo y establecer prioridades, sin olvidar lo importante que es cuidar las relaciones con los demás, tanto las personales y las profesionales como las familiares. Estas últimas son especialmente críticas en la empresa familiar, donde negocio, propiedad y familia muchas veces se superponen. También es esencial saber cuidar de uno mismo, señala el autor: tomarse tiempo para reflexionar, aprender a gestionar las propias emociones y diseñar un plan que permita seguir creciendo a nivel personal y profesional.
El liderazgo de una organización empieza siempre con el liderazgo personal de cada uno de los miembros que la integran, añade el mencionado autor. Un buen enfoque para potenciar el liderazgo en todo tipo de empresas, también las de propiedad familiar, ¿no os parece?
Estoy de acuerdo. Lo principal para ser un buen líder es conocerse a sí mismo, ver cada una de nuestras limitaciones e intentar superarlas o adaptarlas. Cuando una persona interiorice el valor del liderazgo en sí mismo, será el momento para empezar a trabajar diversas técnicas para proyectarlo a los demás. Me gustaría apuntar que ese liderazgo del que hablamos tiene mucho que ver con la personalidad innata de cada uno, por lo que todos estos aspectos serán mucho más fluidos y espontáneos en una persona que de forma natural tenga una posición dirigente antes que una persona que tenga que aprender a serlo. A pesar de ello, todo se aprende. Os dejo un enlace de un post para ampliar la información sobre los aspectos más importantes de un líder, espero que sirva como complemento. http://gestron.es/se-un-buen-lider-y-motiva-a-tus-trabajadores/ ¡Un saludo! 🙂
Apreciada Cristina,
estoy de acuerdo en que hay cualidades innatas que facilitan el liderazgo pues, como dice el dicho,“lo que natura non da Salamanca non presta”. En el artículo «Liderar la empresa familiar» repaso algunos factores que contribuyen a que una persona sea un buen líder. Eso no significa que no se pueda aprender a liderar y mejorar a lo largo del tiempo.
Un saludo,
Josep Tàpies