Wal-Mart decidió ubicar sus tiendas en zonas alejadas de las grandes ciudades cuando lo habitual era el comercio de proximidad. Faber-Castell supo plantar cara a la dura competencia de los lápices ingleses innovando en el sistema de fabricación. Años más tarde, convirtió el lápiz en un objeto de lujo, una excelente estrategia de diferenciación para un producto de uso cotidiano.
Ford apostó por vender coches útiles para agricultores, ganaderos y comerciantes, cuando el sector del automóvil entendía los vehículos como objetos lúdicos y símbolo de estatus. C&A se atrevió con un concepto revolucionario: ofrecer en una tienda prendas de ropa de fabricación industrial, de buena calidad y a precios asequibles, a una amplia clientela, cuando lo habitual era confeccionar las prendas a mano, por encargo del cliente. García Carrión revolucionó el sector lanzando el primer vino envasado en tetrabrik: Don Simón, que hoy es el vino español más vendido en el mundo.
Todos estos son ejemplos de empresas familiares que han sabido salirse de lo establecido. Todas ellas han arriesgado y han aplicado estrategias no convencionales que les han permitido diferenciarse y lograr el éxito. Atreverse a hacer por primera vez algo que nadie ha hecho antes requiere valentía y visión. La aventura puede acabar bien o conducir al fracaso más estrepitoso.
Romper moldes no es fácil. No todo el mundo es capaz de pensar de forma disruptiva, eso que hoy solemos conocer como think out of the box. Pero me atrevería a decir que esta capacidad de pensar de forma diferente y convertir la idea rápidamente en una oportunidad es más fácil que se dé en las empresas familiares. Podríamos decir que la empresa familiar es un buen caldo de cultivo de pensadores disruptivos. No es cuestión de ADN, sino de la confluencia de varios elementos.
Los emprendedores que ponen en marcha este tipo de iniciativas tienen un sentido de visión que les permite intuir lo que para otras personas resulta imperceptible. Por otra parte, la empresa familiar es más ágil en la toma de decisiones, especialmente en las primeras etapas, cuando coinciden propiedad y gestión. Actuar con rapidez puede ser la clave que marque la diferencia y que permita anticiparse a la competencia.
Solo unos pocos se atreven a romper barreras y a aplicar conceptos e ideas que aún no aparecen en los manuales de management (pero que si conducen al éxito, pronto serán estudiados en las escuelas de negocio). Solo unos pocos se atreven a desafiar lo establecido y a actuar a contracorriente. ¿Dirías que tu empresa familiar tiene esta capacidad de pensar out of the box?
Josep Tàpies es el titular de la Cátedra de Empresa Familiar del IESE y Profesor emérito del Departamento de Dirección Estratégica del IESE.
No todo el mundo se arriesga ni tiene la oportunidad de realizar la gran inversión para un proyecto así, existen otras posibilidades como pueden ser la agrupación entre socios. Pero si tienes un buen proyecto, crees en él y eres emprendedor no dudes a tirarte en la piscina.