4 mecanismos para aumentar el engagement de los stakeholders

Si las empresas quieren tener un impacto positivo en la sociedad, han de lograr el compromiso de sus grupos de interés. ¿Qué formas hay de conseguirlo?

Para responder a esta pregunta, analizamos los informes de sostenibilidad y RSC de 28 multilatinas incluidas en el ranking AméricaEconomía. Más de la mitad de las empresas estudiadas son de propiedad familiar.

Veamos algunos ejemplos de actividades llevadas a cabo por empresas multinacionales de América Latina (conocidas como ‘multilatinas’) para involucrar a sus stakeholders:

  • La empresa brasileña WEG colabora con una fundación local para implementar programas de formación interna.
  • En la constructora chilena SIGDO KOPPERS, 100 empleados trabajaron junto con 300 voluntarios de la comunidad local en la reconstrucción de parques públicos.
  • El programa Juntos Crecemos Más, desarrollado por la empresa ANTOFAGASTA, de Chile, ofrece un fondo competitivo para financiar acciones conjuntas con el objetivo de mejorar la calidad de vida y el capital humano de la comunidad.

Trabajé en esta investigación con a Anabella Dávila, profesora de Estrategia y Administración en EGADE Business School (TEC de Monterrey), y con Carlos Rodríguez-Lluesma, profesor de Dirección de Personas en las Organizaciones del IESE. Nuestro estudio, cuyos resultados se han publicado en el Journal of Business Ethics, nos permitió identificar cuatro mecanismos para involucrar a los grupos de interés:

1. Crear vínculos con las entidades locales

Establecer relaciones estrechas con las organizaciones sociales y gubernamentales locales permite a las empresas conocer de primera mano las necesidades de la comunidad. Estos vínculos pueden materializarse a través de alianzas con fundaciones locales, instituciones educativas y ONG; o a través de la colaboración con instituciones gubernamentales locales. El ejemplo de WEG que hemos visto al principio se enmarcaría en este punto.

2. Establecer un diálogo con los miembros de la comunidad

Las multilatinas analizadas conocen la opinión de sus grupos de interés a través de encuestas, entrevistas con expertos, focus groups y reuniones abiertas. De esta manera, recogen información útil para poder dar respuesta a las necesidades o demandas específicas de la comunidad. Algunas empresas han establecido estructuras como juntas comunitarias o comités para garantizar una comunicación fluida.

3. Fomentar el voluntariado corporativo y local

A través de los programas de voluntariado corporativo, los empleados transfieren sus conocimientos a la comunidad o realizan donaciones económicas y en especie a organizaciones benéficas locales. Otras iniciativas se enfocan en la reconstrucción de infraestructuras públicas o fomentan la colaboración con voluntarios locales. Es el caso de la empresa chilena SIGDO KOPPERS que hemos comentado al principio.

4. Impulsar el tejido social

Muchas prácticas para aumentar la implicación de los grupos de interés se materializan en la creación de entidades del tejido social, como fundaciones, centros comunitarios, escuelas y organizaciones de salud. De esta manera, las empresas se integran en la comunidad local y contribuyen a su desarrollo socioeconómico a largo plazo. Por ejemplo, el programa Juntos Crecemos Más que impulsó la empresa ANTOFAGASTA y que se menciona al principio del post.

“En las empresas familiares, el compromiso con la comunidad se manifiesta desde sus orígenes y se mantiene a lo largo de las generaciones a través de la filantropía”.

Aumentar el compromiso de los stakeholders va más allá de una acción de las relaciones públicas y forma parte de la propia misión de las empresas, según se desprende de nuestro estudio. En las empresas familiares, este compromiso con la comunidad se manifiesta desde sus orígenes y se mantiene a lo largo de las generaciones a través de la filantropía, que además de ser una forma de contribuir a la comunidad también es una excelente vía para transmitir el legado a las siguientes generaciones de la familia empresaria.

Unos valores y un legado que son necesarios para mantener vivo el negocio, aunque no suficientes, según señala la décima edición de la “PwC Global Family Business Survey”. Este informe también apunta que es necesario un cambio de mentalidad que priorice los objetivos de sostenibilidad.

Aunque más de la mitad (el 55%) de las empresas familiares que han participado en el estudio de PwC consideran que tienen potencial para dar respuesta a los retos de sostenibilidad actuales, solo el 37% tiene una estrategia definida. El 80% tiene en marcha programas de responsabilidad social, pero solo el 49% dice que la sostenibilidad está en el centro de todo lo que hacen.

El tamaño y la etapa vital de la empresa tienen una influencia directa en estos aspectos: las compañías más grandes y las que están lideradas por generaciones más jóvenes suelen estar más enfocadas hacia la sostenibilidad. También se aprecian diferencias sustanciales entre países: las empresas europeas y americanas se están quedando atrás en su compromiso de priorizar la sostenibilidad en su estrategia, mientras que las empresas familiares españolas destacan por su compromiso con la sostenibilidad y la comunidad.

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