El efecto dominó de la confianza y la empresa familiar

Cuando buscas un nuevo proveedor, inversor o gestor, ¿cuál es tu criterio principal? ¿Su reputación en el sector? ¿Una métrica concreta? ¿Coste o beneficio económico? Aunque todos son relevantes, hay otro criterio que los supera a todos: la confianza.

En la investigación académica, la confianza se define como la disposición de una parte a ser vulnerable a las acciones de otra, y ha sido un pilar social desde el principio de los tiempos: antes de tener sistemas de moneda legítima, los préstamos, los trueques y otras transacciones comerciales se basaban plenamente en la credibilidad personal y las relaciones comunitarias.

Varios estudios señalan el papel de la confianza como motor de las transacciones diádicas –las relaciones bilaterales entre empresas y proveedores, por ejemplo –así como su impacto divergente entre países y regiones nacionales.

Sin embargo, se sabe mucho menos sobre otro mecanismo clave: el desarrollo de la confianza en un nivel social más amplio y su impacto en el rendimiento empresarial de una región específica.

La necesidad de confianza es más evidente que nunca en el mundo actual, marcado por la guerra de Ucrania, las réplicas de la pandemia, la crisis climática, y el caos de las criptomonedas.

¿Qué condiciones favorecen un clima de confianza a un nivel social más amplio, más allá de las relaciones diádicas específicas? ¿Cuáles son sus consecuencias para el tejido empresarial de una región concreta?

Abordo estas preguntas en mi investigación.

Empresas familiares y horizontes a largo plazo

En el ámbito público, la percepción de confianza varía en función de la organización, pero las empresas familiares, en particular, parecen obtener una “ventaja de confianza”. Según el Edelman Trust Barometer, las empresas familiares son la forma de negocio en la que más se confía a nivel mundial: un 69% de personas que confían en las empresas familiares frente al 56% de las empresas en general.

Un aspecto diferencial de las empresas familiares es su perspectiva a largo plazo comparada con sus homólogas no familiares. Esta perspectiva expansiva, inspirada por el deseo de transferir la propiedad de una generación a la siguiente, hace que sean más propensas a buscar relaciones comerciales duraderas.

A través de interacciones repetidas y duraderas con proveedores, inversores y otras partes interesadas, las empresas controladas por familias son capaces de construir una reputación como socios comerciales de confianza, con numerosos beneficios para todas las partes.

Las empresas familiares también procuran establecer fuertes vínculos con sus comunidades locales. Basadas en raíces locales profundamente arraigadas históricamente, a menudo desempeñan papeles importantes en su entorno local, y toman medidas proactivas para ganar y mantener una reputación corporativa positiva, ya que ésta se refleja directamente en ellas como familia.

¿Pero esta perspectiva de largo plazo, les da realmente una ventaja a la hora de establecer relaciones de confianza? Si es así, ¿qué impacto tiene en otras empresas y grupos de interés que operan junto a las empresas familiares: obtienen alguna ventaja indirecta?

Según los resultados de mi investigación, las respuestas a ambas preguntas son dos “síes” rotundos.

El impacto de las empresas familiares en la comunidad empresarial en general

Como señaló el literato Ernest Hemingway, “La mejor manera de saber si puedes confiar en alguien es confiando en él”. Según mis investigaciones, las empresas familiares parecen marcar la pauta, desempeñando un papel fundamental en la generación de climas empresariales fiables y positivos, en beneficio de todos.

En uno de mis estudios, centrado en el mundo empresarial belga, descubrí una relación directa entre la densidad de empresas familiares –definida como la prevalencia relativa de empresas familiares en una región–y el desarrollo de la confianza entre los grupos de interés en dicha región.

Es más, una mayor densidad de empresas familiares no solo beneficiaba a las empresas familiares, sino que estaba positivamente correlacionada con un mayor rendimiento de todas las empresas de la región, tanto las familiares como las no familiares. Y el efecto era significativo: un aumento del 10% en la densidad de empresas familiares de una región se traducía en un aumento del 4 al 8% en el rendimiento general.

En palabras del difunto académico y filósofo Robert C. Solomon, “La confianza abre posibilidades nuevas e inimaginables”. Al reflexionar sobre sus conexiones empresariales, preste atención al valor económico de la confianza y a cómo puede ayudar a su organización a alcanzar sus objetivos a largo plazo.

Como la historia atestigua, las alianzas basadas en la confianza son inversiones estratégicas cuyos dividendos crecen exponencialmente con el tiempo.

 

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