La confianza y la empresa familiar: ¿qué sabemos?

Reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, los castells son torres humanas cuyos orígenes se remontan a principios del siglo XVIII en Cataluña.

En una reciente actividad de teambuilding con otros profesores del IESE, tuve la oportunidad de descubrir la historia –¡y experimentar de primera mano! –lo que se necesita para construir un castell. Pueden alcanzar alturas de hasta 8 niveles, aunque admito que el nuestro fue algo más modesto…

Cuando se nos preguntó sobre los valores más importantes para el éxito de los equipos, en seguida nos pusimos de acuerdo: la confianza.

La noción de confianza desempeña un papel fundamental en el gobierno y la reputación de las empresas, pero ¿qué significa realmente?

En la investigación sobre el gobierno, los académicos citan con frecuencia el artículo pionero de Mayer, Davis y Schoorman (1995). Según ellos, la confianza es “la disposición de una parte a ser vulnerable ante otra parte, y la expectativa de que el socio de intercambio no se comportará de forma oportunista incluso cuando dicho comportamiento no pueda detectarse”.

En otras palabras, la confianza es la capacidad de confiar en que los demás realicen acciones –algunas de las cuales pueden tener efectos de gran alcance –sin la posibilidad de controlar o supervisarlas.

En principio, esta definición de confianza es válida tanto para las relaciones entre personas como entre las organizaciones.

Trazando la línea entre la confianza y los negocios

En el ámbito económico, gran parte de las actividades requieren un respaldo de confianza que los contratos por sí solos no pueden proporcionar, por ello es tan importante construir relaciones sólidas entre los stakeholders.

De hecho, la confianza puede ofrecer los mismos beneficios que los mecanismos formales de gobierno en cuanto a alinear las partes interesadas y mitigar el oportunismo, y a su vez, minimizar los costes de gobierno y facilitar la adaptación.

En el ámbito específico de las empresas familiares, muchos académicos han subrayado la enorme influencia de la confianza, como Eddleston et al. (2010), que la citan como un concepto puente que puede ayudar a conciliar y mejorar nuestra comprensión de las empresas familiares como una forma organizativa única.

Cuando se mira a través del prisma de la confianza, también salen a la luz los puntos fuertes –y débiles –inherentes a las empresas familiares.

Las ventajas de la confianza en las empresas familiares

Según más de 50 estudios académicos, las empresas familiares tienen una clara ventaja a la hora de generar confianza con sus accionistas. El Edelman Trust Barometer, presentado cada año en el Foro Económico Mundial de Davos, corrobora estas conclusiones.

En su informe de 2022, las empresas familiares encabezan la “lista de las más fiables”, alcanzando una puntuación del 67% ante la opinión pública, 9 puntos por delante de las empresas privadas no familiares y 15 por encima de las empresas estatales.

Los estudios sobre empresas familiares también indican una ventaja de confianza entre los consumidores, que generalmente confían más en las marcas, las políticas de gestión y las prácticas de las empresas familiares comparadas con sus homólogas no familiares.

Hay varios factores detrás de esta prima de confianza, entre ellos, el carácter longevo de las familias, la estrecha conexión entre la identidad familiar y la empresarial, y la percepción de que las empresas familiares hacen más para defender los intereses de los stakeholders, mirando más allá de sus balances financieros.

Las empresas familiares aspiran a cultivar una sólida reputación corporativa, ya que se refleja directamente en la familia, al tiempo que forjan capital social y relaciones sostenibles a largo plazo.

En su búsqueda de estos objetivos no económicos, las empresas familiares sientan las bases de la confianza con sus stakeholders principales y con la sociedad en general.

Así que ¿la relación confianza-empresa familiar es todo vino y rosas?

No del todo….

La confianza en las empresas familiares: su lado oscuro

Como atestiguan tanto los anales de la historia como los últimos titulares de prensa, la confianza también puede llevar a las empresas familiares a la deriva, puesto de manifiesto por la fe ciega, el familismo amoral y la complacencia.

Esto se ve claramente cuando la familia considera que su futuro control y sucesión dinástica están en riesgo. En estos casos, el equilibrio positivo entre el control familiar y la confianza de las partes interesadas puede desaparecer en un instante.

Algunos académicos también señalan el vínculo crítico entre la confianza y la competencia. En concreto, subrayan la necesidad de que las empresas familiares tengan en cuenta las posibles contrapartidas entre la confianza y la competencia a la hora de formar su estructura de gobierno, especialmente cruciales en los procesos de relevo generacional.

En ese sentido, las familias pueden construir una reserva de liderazgo sólida cara al futuro, pero deben estar al tanto si su base de talento familiar se queda corta, tanto en cantidad como en calidad.

Más allá de las verdades objetivas, también deben sopesar los posibles sesgos negativos, ya que los estudios académicos sugieren que los stakeholders a veces consideran a los miembros de la siguiente generación menos capacitados y comprometidos que sus predecesores, incluso cuando están perfectamente cualificados.

Sin embargo, hay buenas noticias para las empresas familiares: estos aspectos negativos pueden contrarrestarse. Las estructuras sólidas, los sistemas, los contratos, los incentivos, el desarrollo profesional y los planes de sucesión reforzarán la fiabilidad del comportamiento futuro, garantizando que la confianza siga siendo una fuente de ventaja competitiva.

 

 

 

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