Hablamos a menudo de los modelos de negocio B2C y B2B, pero no olvidemos la importancia del modelo P2P, el modelo “person to person”.
Las experiencias que año tras año constato en las empresas familiares –absolutamente aplicables en cualquier empresa– resaltan la importancia de tener a las personas como enfoque prioritario a la hora de tomar decisiones.
En cualquier ámbito de la empresa, de la sociedad y de la política, lo más importante deberían ser las personas. Porque las personas sufren, tienen problemas de salud, de familia y de trabajo, y no podemos no enterarnos, no escuchar, y no ayudarlas.
Mantener el enfoque en las personas
Por supuesto que hay que aportar recursos y dar importancia a los retos actuales y muy importantes, como la digitalización y el medio ambiente, entre otros, pero siempre manteniendo como prioritario a las personas: su cuidado y bienestar deberían ser siempre el permanente propósito empresarial.
Si ayudamos a mejorar y progresar a las personas de nuestro entorno, lograremos ampliar el impacto de mejora en cualquiera de estos retos actuales. En la medida que los directivos ejerzan la función primordial de su liderazgo: preocuparse y ocuparse de las personas a las que dirigen, multiplicaremos el impacto positivo en todo lo demás.
Las empresas familiares conocen bien esta prioridad. Desde su inicio, las familias propietarias constatan que son las personas que trabajan con ellos las que hacen crecer y desarrollar la empresa (“las personas de casa”). No se crea un negocio, se crea un equipo de personas y éstas desarrollan un negocio.
En ese sentido, lo importante no es solo tener buenas ideas sino cómo implementarlas en la práctica, y esto lo hacen las personas. Y las personas no se pueden copiar. De ahí la importancia de gestionar adecuadamente el capital humano, que es siempre una clara ventaja competitiva.
Cómo crear una cultura de confianza
Hace ya algunos años, en una reunión que tenía Amancio Ortega, fundador de Inditex, con sus directivos, éstos le manifestaron que estuviera tranquilo con el futuro de su empresa, que si él continuaba preocupándose de ellos, ellos ya sacarían la empresa adelante. Y esto ocurre en todas las empresas y organizaciones.
Hay que estar cerca de las personas, tomar decisiones con ellas, explicándoles la racionalidad de las mismas. Si los empleados se sienten cuidados y apoyados en su desarrollo y bienestar por sus jefes, darán lo mejor de sí mismos, se creará una cultura de transparencia, confianza y lealtad, y se abordaran los retos actuales con éxito, y los resultados económicos llegarán seguro.
A nivel de propiedad, hay familias empresarias que me trasladan su preocupación de que las siguientes generaciones puedan perder los conocimientos del negocio propio. Este problema tiene diferentes soluciones en cada caso. Pero lo más importante es que se formen y potencien en los valores personales: humildad, esfuerzo y honestidad.
Guiados por estos valores, sabrán y podrán atraer a su empresa y a sus equipos, buenos directivos y grandes especialistas. Desde su rol de accionistas responsables, y con su ejemplo, dotarán a la empresa de una misión estable y una visión atractiva. Trasladarán el objetivo de ayudar a crecer y desarrollar a sus empleados a los valores corporativos.
La Comisión de Personas
Hace poco pude comprobar el impacto muy positivo de un family day organizado por una empresa familiar para sus empleados. La familia propietaria se volcó y dedicó su propio tiempo en estar cerca de todos los empleados y sus familias.
Fue una valiosa iniciativa del consejo de familia, que por cierto debe asegurar también que cuida y se preocupa de cada uno de los miembros de la familia propietaria.
Así mismo, en las tareas de gobierno, es necesario dedicar el tiempo y los recursos necesarios a los temas de personas. Quizás ampliando en el consejo de administración el perímetro de las funciones de las comisiones de nombramientos y remuneraciones, desarrollando una amplia “Comisión de Personas”.
De esta forma, además de asegurar las propias capacidades de gobierno y directivas, se tratarán con profundidad y amplitud las políticas sociales y los temas de las personas.
Hacer hincapié en soft human skills
Finalmente en el ámbito directivo, es clave potenciar el liderazgo de servicio, haciendo crecer a las personas con sistemas de objetivos, evaluación y remuneración justos y equilibrados.
Hay que dar prioridad a la formación en valores y a los soft skills e incluso reformularlos como human skills, tal y como sugiere Simon Sinek, ya que el liderazgo de las empresas se resiente cuando se pasan por alto.
Evaluar a los directivos sobre cómo tratan a las personas, y exigirles la excelencia en ello. Cada persona en la empresa, sea o no de la familia propietaria , debe estar reconocida y motivada, y su trabajo debe ayudarla a crecer y desarrollarse para lograr ser la mejor versión de sí misma.
La pregunta clave
Aunque en todos los órganos de decisión solemos analizar mucha información, tanto cuantitativa como cualitativa, no olvidemos la reflexión clave: ¿esta decisión ayudará a mejorar el bienestar de los implicados?
Si nos hacemos esta pregunta seguro que añadimos claridad y mejor criterio la toma de decisiones, y acertaremos.