El potencial del capital de crecimiento para las empresas familiares

El mundo del capital riesgo (CR) ha evolucionado mucho en los últimos años, brindando a las empresas familiares nuevas oportunidades de expansión sin comprometer sus valores fundamentales.

Históricamente, las empresas familiares han sido cautelosas respecto al capital riesgo debido a su vinculación con prácticas agresivas, como recortes drásticos, la pérdida de control y un enfoque centrado en las ganancias a corto plazo.

Esta percepción tiene cierto fundamento: tanto en la cultura popular como en la literatura académica, las adquisiciones CR se asocian a menudo con reducciones de personal, recortes salariales u otras medidas orientadas a aumentar la rentabilidad.

Pero como revela nuestro estudio, no todo el capital riesgo es igual. Un sector que está en auge es el capital de crecimiento (CC), que ofrece una alternativa interesante para las empresas familiares que buscan lograr tanto objetivos financieros como no financieros.

¿Qué es el capital de crecimiento?

El capital de crecimiento se posiciona entre el capital riesgo y las adquisiciones tradicionales. Los inversores de CC suelen adquirir participaciones minoritarias en empresas consolidadas con el fin de impulsar su expansión.

A diferencia de los inversores en adquisiciones, que asumen el control y a menudo reorganizan la empresa adquirida, los inversores en capital de crecimiento trabajan de la mano con los propietarios actuales para alcanzar objetivos comunes.

La diferencia en la estructura de propiedad es crucial. En una adquisición tradicional, los propietarios anteriores abandonan el negocio, lo que permite a los nuevos propietarios implementar cambios, incluidas reestructuraciones de la plantilla.

En cambio, los inversores en capital de crecimiento colaboran estrechamente con los propietarios, quienes conservan la participación mayoritaria. Este modelo de gobernanza compartida asegura que las decisiones sobre salarios, seguridad laboral, desarrollo profesional y otros aspectos clave se tomen de manera conjunta, con un enfoque a largo plazo.

El rápido crecimiento de los activos de CC

El sector de CC ha crecido mucho en los últimos años. La recaudación global de fondos de CC alcanzó los 132 mil millones de dólares en 2021, lo que representa un aumento del 56% respecto al año anterior (Edlich, Hayes y Miele, 2023). En 2022, los activos bajo gestión superaron los 1,2 billones de dólares a nivel mundial, representando el 10% de todos los activos del capital riesgo y el 37% de los activos gestionados en fondos de adquisiciones (McKinsey, 2023).

Estas cifras reflejan el mayor interés por el capital de crecimiento dentro del mundo del capital riesgo. A medida que más inversores reconocen su potencial, el CC se está consolidando como una opción cada vez más atractiva para las empresas familiares que buscan capital externo sin los inconvenientes asociados a otras formas de inversión.

Los beneficios del capital de crecimiento

Las empresas familiares son conocidas por su profundo compromiso con sus empleados y comunidades, y por ver el negocio no solo como una fuente de beneficios, sino como un legado que debe preservarse para las futuras generaciones. Esta perspectiva a largo plazo puede ser incompatible con el enfoque más corto de algunos inversores tradicionales.

Sin embargo, nuestra investigación ofrece una visión matizada sobre el impacto del capital riesgo en los empleados. En nuestro análisis de 176 empresas privadas que recibieron inversiones de CR, encontramos que los inversores de CC tienden a apoyar más las inversiones en capital humano –como la expansión del grupo de talento, el aumento de salarios y la mejora de la seguridad laboral– en comparación con las adquisiciones tradicionales.

Estas prácticas están alineadas con los valores de muchas empresas familiares. Además, las condiciones laborales mejoradas gracias al capital de crecimiento se correlacionan positivamente con mejores resultados clave para los empleados: mayor productividad y menor rotación.

Por el contrario, las empresas involucradas en adquisiciones tradicionales con frecuencia enfrentaron recortes salariales y mayor inseguridad laboral, incluso cuando los niveles de empleo generales aumentaban. Curiosamente, las reducciones salariales no parecieron afectar negativamente la rotación de empleados ni la productividad, lo que sugiere un enfoque más selectivo en la reconfiguración de las prácticas laborales.

La apertura de capital: ¿qué preocupa a las empresas familiares?

Para las empresas familiares que consideran la inversión externa, uno de sus mayores temores es la pérdida de control. En comparación con las adquisiciones de capital riesgo, el capital de crecimiento ofrece una propuesta distinta.

Puesto que los inversores de CC suelen adquirir participaciones minoritarias, los propietarios familiares mantienen el poder de toma de decisiones. En el mejor de los casos, los propietarios pueden aprovechar el capital y la experiencia que el CC aporta para impulsar el crecimiento, mientras protegen la cultura y misión de la empresa.

Como indica nuestro estudio, esta estructura de control compartido reduce la probabilidad de que se vulneren los contratos sociales implícitos entre los propietarios, los gerentes familiares y sus empleados.

El capital de crecimiento: un win-win para las empresas familiares

Para los propietarios de empresas familiares que buscan asegurar la prosperidad de sus compañías para las futuras generaciones, el capital de crecimiento representa un camino prometedor. Ofrece acceso a capital y experiencia, mientras permite que las familias mantengan el control y sigan fieles a sus valores.

Las conclusiones de nuestro estudio sugieren que los inversores de CC están asociados con inversiones significativas en capital humano –la columna vertebral de cualquier organización– lo que indica que esta alternativa podría ayudar a las empresas familiares a lograr un crecimiento alineado con su visión a largo plazo.

Imagen en la home: Scott Graham · Unsplash