Sí, claro. Prueba de ello es el listado de fallos éticos que han acompañado a la crisis: codicia, fraude, injusticia, arrogancia,…
Pero esos fallos son tan viejos como la humanidad. ¿Por qué, pues, la crisis estalló en 2007, y no unos años antes, o después, o por qué no estamos ante una crisis continua?
En “Más allá de la eficiencia: lecciones éticas de la crisis para la cultura empresarial”, publicada en “Hacia una nueva ética económica global. Innovación vs statu quo” (T. Jiménez Araya, ed., Editorial Huygens, Barcelona, 2010), páginas 203-225, ofrezco una interpretación en dos etapas:
- Esta fue una crisis de gestión, de dirección, que afectó a un amplio elenco de organizaciones, desde promotores inmobiliarios y bancos hasta agencias reguladoras y gobiernos.
- Y, ¿qué es lo que explica un fallo de gestión tan amplio? Una concepción ética incorrecta dio lugar al desarrollo de teorías y prácticas equivocadas en la gestión de esas instituciones.
- De modo que, si no cambiamos esos puntos de vista equivocados, volveremos a tener crisis éticas, una vez y otra.
El documento de investigación que sirvió de base para este capítulo se encuentra aquí.