Nuestro problema no es de déficit público o de deuda pública, sino de crecimiento. Si no recuperamos pronto la tasa de crecimiento, el Estado no podrá generar ingresos, el gasto social tendrá que aumentar, habrá malestar en la sociedad, no crearemos empleo, los mercados financieros no se fiarán de nuestra capacidad para hacer frente a nuestras obligaciones futuras, nuestros bancos y cajas no levantarán cabeza,…
Pero crecer no es fácil. Las recetas de largo plazo (tecnología, innovación, educación) no son capaces de hacernos crecer a corto plazo. En el artículo que publico hoy en El Periódico, titulado «Necesitamos crecer; es urgente», ofrezca algunas ideas. La clave: la recuperación de la confianza de las empresas, para que lleven a cabo inversiones que, además de crear empleo y producto, nos permitan reestructurar la economía.