Hace unos días di una conferencia en Mataró sobre «Ética y empresa: más allá de la crisis«. Joan Salicrú y el equipo de la revista «Valors», que me invitaron a dar la conferencia, han hecho un excelente trabajo editando un resumen de lo que dije (verlo, en catalán, en http://www.youtube.com/watch?v=MebWcgmCDBQ).
Mi tesis es que en la crisis financiera que aún sufrimos la ética (o la falta de ética) ha aparecido en tres niveles. Uno, personal: codicia, fraude, engaño, injusticia, mentira, cobardía,… No es nada nuevo. Otro, organizativo, a nivel de empresas, instituciones financieras, oficinas reguladoras, gobiernos: exceso de riesgo, incentivos perversos, despreocupación por las consecuencias de nuestras decisiones,… Y otro que podemos llamar social: la concepción de la ética que va teniendo nuestra sociedad, dominada por el individualismo y el emotivismo, hace muy difícil que puedan funcionar las soluciones que estamos tratando de aplicar. Bueno, funcionarán a corto plazo, pero volveremos a las andadas.
Estoy plenamente de acuerdo con la tesis expuesta, la ética, o su ausencia, a todo los niveles, ha sido y sigue siendo fundamental para explicar la crisis actual. Al nivel organizativo la falta de transparencia y la ausencia de prácticas de buen gobierno empresarial han generado un crisis de confianza mayor. La existencia de un sistema eficaz de gobierno empresarial, dentro de una empresa determinada y dentro del conjunto de la economía, es fundamental ya que contribuye a generar el grado de confianza en los propietarios, accionistas e inversores necesario para el funcionamiento correcto de una economía de mercado. Me parece mejor que la empresa lo haga de manera voluntaria, pero se plantea tambien la cuestión del control de su ejecución. Los fallos en los sistemas de control, externo e interno, de las empresas es tambien una explicación de la crisis.