La semana pasada estuve en Dublín, en la Conferencia anual de investigación de la European Business Ethics Network (EBEN). Presenté un paper sobre «Teoría de los stakeholders y creación de valor» (en inglés aquí). Es un documento muy provisional, por lo que agradeceré comentarios.
Mi tesis es que, cuando hablamos de creación de valor, solemos referirnos a creación de valor económico. En el paper discuto qué significa esto, cómo se produce y, sobre todo, cómo se complica la creación de valor con la captura de valor (el hecho de que unos stakeholders pueden crearse con parte del valor creado por otros: la empresa, por ejemplo, con el valor aportado por lo proveedores; los empleados, con los beneficios de los accionistas, o los consumidores con el valor creado por los productores). Y acabo proponiendo una ampliación del concepto de valor. Para un stakeholder (un empleado, por ejemplo), valor es lo que él valora: puede ser económico (el sueldo), pero también otras cosas: reputación, carrera, aprendizaje, desarrollos morales,… Me parece que la ampliación del concepto de valor permite afirmar que la empresa puede y debe crear valor (no necesariamente económico) para todos los stakeholders, e incluso que puede maximizar el valor creado para todos ellos (algo que, desde el punto de vista económico, no tiene sentido, ma´s que en casos muy extremos y poco relevantes).
Don Antonio:
En mi opinión el concepto de valor es una de los puntos débiles de la teoría de los stakeholders. El problema está en la raíz antropológica liberal del modelo, que se traduce en una inadecuada consideración de los «otros» como meros individuos considerados como contrapartes contractuales a los que se les procura satisfacer mediante bienes estrictamente económicos o, a lo más, supra materiales pero valorados como tales sólo según la subjetividad invividual del stakeholder.
En cambio si los «otros», es decir, los stakeholders, no son individuos sino personas, el valor que la empresa genere estará constituído por bienes verdaderos, es decir, perfectivos de la naturaleza humana. Y si la consideración de los stakeholders se basa en la justicia y en la caridad, entonces la empresa procurará maximizar la cantidad y calidad de esos bienes, esto es, el «valor».
Lo anterior supone que la empresa es visualizada de acuerdo con el modelo de bien común, que asume los aportes del modelo de stakeholders pero va más allá, puesto que parte de una visión más amplia del ser humano.
Gracias, Gastón. Tienes toda la razón.
Es totalmente cierto. Los economistas estamos empeñados en tratar la RSC como un valor estratégico, lo que en el fondo no difiere mucho de cualquier otro aspecto que añada valor. Si de verdad queremos cambiar el paradigma empresarial, lo primero que hay que reconocer es que el valor no es lo mismo para cada stakeholder y que eso es precisamente lo que da valor a la RSC.