El Presidente del Gobierno ha propuesto hoy una reforma de la Constitución para dar cabida a un compromiso irrevocable del gobierno (y de las comunidades autónomas) con la reducción del déficit público y de la deuda del Estado español. El Partido Popular ha manifestado su conformidad, algo necesario para que el proyecto vaya adelante.
¿Es necesaria esa medida? No. Pero puede ayudar a tranquilizar a los mercados y a nuetros socios europeos (sobre todo a los que tienen que garantizar nuestra deuda, o sea, los alemanes) acerca del crecimiento de la deuda pública española.
¿Es una buena idea? Como acabo de decir, puede venir bien. Pero todo lo que sea someter la política económica a rigideces excesivas no me parece conveniente. Puede ser bueno en condiciones normales, pero, ¿qué pasa si el país sufre un tsunami o un gran terremoto? Entonces, incurrir en un déficit mayor puede ser razonable. Sí, ya sé lo que me dirá el lector: si dejamos libertad al gobierno, acabará saltándose todas las restricciones. Pero, al menos, seamos conscientes de que corremos un riesgo -pequeño, probablemente, pero no nulo- de que algún día nos tengamos que arrepentir de ese compromiso.
¿Resolverá esto los problemas de la elevada prima de riesgo que tenemos ahora? No, pero puede moderarla. Y no los resolverá porque, en el fondo, esa prima refleja dos cosas. Una: la posibilidad de que España no pueda o no quiera hacer frente a sus compromisos financieros con los que le prestan dinero -y aquí sí que el compromiso constitucional puede ayudar. Otra: la desconfianza de los mercados acerca de la voluntad y posibilidad de la zona euro de hacer frente a los compromisos fiscales de sus países miembros. Y para esto no servirá mucho nuestro compromiso constitucional.
En el fondo, la propuesta del Presidente del Gobierno se parece a la petición que hace un fumador a sus amigos de que, si le ven sacar un pitillo, se lo quiten de las manos. Ayuda, sin duda, a poner en práctica la difícil pero necesaria decisión de dejar de fumar. Pero no puede sustituir a la voluntad firme del interesado. En nuestro caso, repito, me parece que es más una medida de cara a los mercados (¡qué ganas de dejar de fumar tiene, que incluso ha pedido a sus amigos que le quiten el tabaco!). Ahora hay que convencer a la sociedad española de que la reforma constitucional es necesaria.
Argumentos básicos para entender lo que está pasando, también desde la perspectiva medioambiental:
Leed esto y los comentarios que le siguen (a favor y en contra):
http://blogsostenible.wordpress.com/2011/09/01/el-deficit-cero-es-basico-para-la-sostenibilidad/
Gracias, JR. Si se politiza el problema, al final se acaba votando contra uno mismo…
¿El Pacto de Estabilidad y Crecimiento no impone ya límites al déficit y a la deuda?
¿Hace falta un segundo pacto?