¿Qué harías tú si te nombrasen Presidente del gobierno después de las elecciones del 20-N? Huir inmediatamente a un lugar en el que nadie pueda encontrarme.
Afortunadamente, la probabilidad de que esto ocurra es cero. De todos modos, sí haría algunas recomendaciones al futuro Presidente (sin pretensión de que me haga caso, claro). Lo expliqué el pasado viernes a los participantes en un programa sobre Estrategias de Innovación y Liderazgo para la Gestión Pública, del IESE, en Barcelona, y el lunes en un Programa de Desarrollo Directivo, también del IESE, en Valencia.
Le aconsejaría que, el día 21 de noviembre, por la mañana, dejase claras sus prioridades. Algo así como: 1) Atención prioritaria a los ciudadanos que lo están pasando muy mal (fíjense que digo muy mal, no simplemente que hayan perdido algo de lo que venían disfrutando hasta ahora). 2) Atención prioritaria a la creación de empleo (no al mantenimiento de los puestos de trabajo ya ocupados, ni mucho menos al mantenimiento de los salarios). 3) Fomento de una economía competitiva, dinámica, innovadora y abierta (esto suena a música celestial, pero tiene mucho sentido: si son las empresas las que nos van a sacar de la crisis, habrá que pensar en el marco en que podrán desarrollar su actividad con éxito). Y luego añadiría algunas prioridades más. Pocas, muy pocas, porque no podrán prestar atención a demasiadas políticas, en el corto plazo. Bueno, y no se olviden de decir a los mercados que España atenderá a sus deberes para con sus acreedores.
Si esto no puede ser el día 21 de noviembre, pues dígalo más tarde, pero poco más tarde. El mensaje es claro: hay alguien al volante del camión, y vamos hacia allí. Le criticarán, le pondrán verde,… pero usted ya ha dicho lo primero y más importante.
Lo segundo será poner en marcha un diálogo amplio, a nivel nacional, en el que se escuche a todos. Esto es de locos, claro, ya lo sé. Pero no hay que dejar a nadie fuera de ese diálogo, que no ha de ser sólo político, ni parlamentario, ni con las comunidades autónomas, sino social, con todos. Y como ese diálogo es, de entrada, inviable, habrá que empezar por establecer los principios que lo presidirán.
Luego vendrá el programa de reformas, que ocupará muchas páginas. Pero no se limite usted a un listado de temas, que será inabarcable y no creíble. Establezca prioridades y, sobre todo, un calendario: esto lo haremos en febrero; esto se quedará para junio, y esto no lo tocaremos hasta 2014. Pero entonces sí lo tocaremos. Ahí es donde usted, señor Presidente del gobierno, podrá mostrar su talante político, sus prioridades y su capacidad de conducir el camión.
Ya he dicho que no hay probabilidad alguna de que yo tenga que aplicar estas ideas. Ni siquiera hay probabilidad de que alguien me las pida. Por eso las puedo ofrecer, gratis.
No es por cuestionar pero desde fuera es muy facil ver lo que hace falta hacer, y esto en cualquier gobierno, salud, educación, trabajo, seguridad, etc… Pero esta claro que de algo se olvidan todos lo presidentes, fueron elegidos por el pueblo y deben servir al pueblo.
Muy buen articulo.
Marcelo W Serafini.
Por el bien de todos, al proximo gobierno hay que decirle: Por favor, no tiren de la manta
Totalmente de acuerdo Sebas. Tengo amigos en Grecia y la situación en dramática.
Extraordinario post!
Incuestionable lo de marcar las prioridades y el calendario e imprescibdible cumplirlo!!
Gracias 🙂