Amitai Etzioni recuerda que «no puede haber federalismo fiscal si no se construye una comunidad» (aquí, en inglés, en el blog del 2011 Dahrendorf Symposium). Hemos creado una Europa con una moneda única, una política monetaria única y un Banco Central único, pero sin las instituciones fiscales necesarias para que el esquema funcione. Y ahora queremos construir esas instituciones aprisa y corriendo. Y estamos en camino de hacerlo, mediante la llamada reforma de la gobernanza de la zona euro: una especie de Tesoro europeo centralizado, la emisión de eurobonos quizás, unas reglas fiscales claras para los países miembros, unos controles y una supervisión exigentes,…
Etzioni dice que bien, que de acuerdo. Pero «desde el punto de vista sociológico, el mayor defecto de Europa es […] que los ciudadanos de las naciones implicadas no han entendido ni están de acuerdo que ahora están ligados por un destino económico conjunto». Porque la solución a los problemas que padecemos debe pasar ahora por la necesaria ayuda de los demás, sea de los países periféricos, para que los países centrales no tengan que cargar con demasiados costes financieros o sufrir inflaciones que no desean, sea los países centrales, para que los países periféricos no carguen con los dolorosos costes (recesión, desempleo, pobreza) de la crisis. Y Etzioni concluye que esa buena voluntad brilla por su ausencia en Europa. Y yo añadiría: ¿cómo vamos de sentido de solidaridad en nuestro país?